El clima hacia 2030. La geomorfología como proxy en el cambio climático

The climate towards 2030. Geomorphology as a proxy in climate change

Autores/as

  • Roque García Ruiz UCAB

DOI:

https://doi.org/10.62876/tekhn.v21i3.3811

Palabras clave:

Geomorfología, Anfiteatro Topográfico, Deslaves, Altas Temperaturas, Cálido Medieval, Pequeña Edad de Hielo, Lluvias Torrenciales.

Resumen

En el último milenio, la variación de temperatura y las condiciones climáticas se encuentran reportadas por la humanidad en forma narrativa y escrita, verificada con resultados a través de investigaciones recientes mediante proxies en núcleos de hielo, anillos de árboles, acumulación de sedimentos, y depósitos carbonaticos, a lo cual hay que agregarle los proxies geomorfológicos en general no analizados ni reportados en su relación con condiciones climáticas. Las excavaciones arqueológicas evidencian las condiciones climáticas del evento, primero por el ocultamiento y segundo, por el contraste con el paisaje que controla actualmente el sector en el que debió existir la comunidad para su desarrollo. Los proxies geomorfológicos están relacionados principalmente con problemas de estabilidad en laderas que dejan formas topográficas en anfiteatros, así como gran volumen de materiales transportados aguas abajo producto de dicha inestabilidad y depositados por cambio de velocidad en el flujo, conformando superficie de relieve suave, las cuales han ocultado civilizaciones y han permitido el habitad a nuevas civilizaciones. Los problemas de estabilidad en las laderas están relacionados con lluvia, de cuya intensidad y duración dependerá la magnitud del cambio en el relieve. La variación de temperatura en el último milenio presenta un ciclo que puede ser asociado en tres periodos: entre los años 950 a 1150 AD, puede asignarse a un periodo de altas temperaturas (THP), seguido por una estabilización climática cálida, correspondiente al periodo cálido medieval (MCP) que se extiende hasta el año de 1450, donde comienza la pequeña edad de hielo (LEI) hasta el año de 1900. Tomando en cuenta el desarrollo a partir del siglo XII del imperio Inca, las áreas de cultivos en la isla de Pascua a partir del año 1220 y las construcciones de la Roma actual a partir del siglo XIII sobre edificaciones del Imperio Romano, se concluye que a los altos de temperatura en el periodo THP, le siguieron periodos de lluvias intensas, que originaron problemas de estabilidad, ocultando durante los siglos XI y XII, los moais en la isla de Pascua y las edificaciones del imperio romano, así como la conformación de anfiteatros topográficos en las laderas pendientes, donde fueron construidas en el imperio Inca amplias áreas de cultivos fundadas en muros de piedra en forma escalonada. Cuando tenemos altos de temperaturas (THP), la evaporación debe ser alta, con balance hídrico seco, pero su descenso debe de estar asociado con enfriamiento. Lo anterior posiblemente haya sido originado por lluvias cuyos valores de duración, frecuencia e intensidad, deben ser mayores que los conocidos actualmente, con balances hídricos húmedos, crecientes de altos caudales y grandes aportes de sedimentos, así como importante volumen de agua acumulada en el subsuelo. De acuerdo a investigaciones y reportes actuales, 2017, los dos grandes océanos, Pacifico y Atlántico, que ocupan el 48% de la superficie terrestre, presentarán variaciones importante en sus condiciones de temperatura, lo cual debe repercutir en el balance de masas de agua en el clima mundial, posiblemente frio más intenso hacia las áreas subpolar e intensificación de las lluvias hacia los trópicos.

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Biografía del autor/a

Roque García Ruiz, UCAB

UCAB

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Publicado

30-07-2018

Cómo citar

García Ruiz, R. (2018). El clima hacia 2030. La geomorfología como proxy en el cambio climático: The climate towards 2030. Geomorphology as a proxy in climate change. Tekhné, 21(3). https://doi.org/10.62876/tekhn.v21i3.3811

Número

Sección

Artículos