No al Hullabaloo y al Bruhaha. (P. 115)
DOI:
https://doi.org/10.62876/tekhn.v1i5.2787Resumen
Hace unos pocos meses y con diferencia de días, la Ingeniería Venezolana perdió das figuras que, en sus respectivas áreas de ocupación, deben reconocerse como pioneros: Juan Otaola y Robert Pérez. El primero, bien conocido por su excepcional capacidad e ingenio para resolver exitosamente grandes retos constructivos y, el segundo, por el exigente rigor que supo anteponer en la solución de los muy diversos problemas de análisis y diseño estructural que le fueron planteados.Sin duda, las cualidades anteriores fundamentan la admiración y respeto que sus ejecutorias han dejado entre colegas y amigos. Por edad y afinidad de inquietudes, quien suscribe tuvo el privilegio de conocer mas de cerca de Robert o Joaquín, pues este, su segundo nombre, también lo usamos con frecuencia. Y es sobre este colega y mejor amigo, en mala hora fulminado por un fallo cardíaco cuando mas nos podía enseñar, que quisiera dejar este breve testimonio.