The cattle ranches of the Jesuit-Guarani settlements of the Jesuit province of Paraguay

Authors

  • Carlos A. Page UCAB

DOI:

https://doi.org/10.62876/rm.v1i64.6722

Keywords:

Estancias, Jesuit province of Paraguay, Jesuit-Guarani reductions, 17th and 18th centuries

Abstract

This paper proposes to analyse the development of livestock farming in the Jesuit Guaraní doc-trines as a fundamental source of food for their inhabitants through a historical evolution of several stages, starting with the acquisition by purchase or donation and herding to the villages, passing through the search for cattle in the va-querías and finally the breeding of cattle under Jesuit administration. These successive changes were determined by factors outside the normal development of the people, which in time laid the foundations for the high cattle-raising regions up to the present day

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References

Es arquitecto (UCC-Córdoba) y doctor en historia (USAL-Buenos Aires), con postdoctorado en el CSIC-España. Es investigador Principal del CONICET y docente de posgrado de las UBA y UNAM. Fundador director de la revista IHS. Antiguos Jesuitas en Iberoamérica. Publicó unos 300 artículos en América y Eu-ropa. Además de unos 40 libros, fundamentalmente sobre la temática jesuítica.

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Se refiere al ganado que se escapaba de los corrales de las doctrinas.

El término vaquería tiene varias acepciones, por un lado, el espacio donde se encontraba una importante reserva de ganado cimarrón o salvaje limitado por accidentes geográficos y sin vigilancia; por otro el arreo o práctica de caza de toros y vacas, y finalmente así se llamaba también al permiso que otorgaba la autoridad civil para la caza. Daniel Cortazzo agrega que el ganado cimarrón se hace “estante” por medio de rodeos que lo amansan, de allí la palabra estancia. Daniel Cortazzo, La estancia de Yapeyú al oriente del río Uruguay (Uruguay: Editorial Barreto & Morató, 2024) 35.

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Carbonell de Masy, Estrategias, op. cit., 68.

Es decir, la que solo se muele la hoja al estilo guaraní. María Angélica Amable & Liliana Mirta Rojas, La Yerba Mate en Historia misionera (Posadas: Ediciones Montoya, 2022).

Es de la familia de los tapires: Tapirus terrestres o en guaraní mborerí cuya carne es similar a la de la vaca y se distribuye en casi toda América del Sur.

Estado de las Reducciones del Paraná y Uruguay del año de 1634. Juan Romero, Santos Mártires del Caaró, 21 de abril de 1635. Helio Viana, Manuscritos da Coleção De Angelis. Jesuítas e bandeirantes no Uruguai (1611 - 1758) (Río de Janeiro: Biblioteca Nacional, 1970) IV, 80.

Carta Anua de 1617. Pedro de Oñate 22 de abril de 1618. Carlos Leonhardt SJ, (1929). Documentos para la historia argentina. Tomo XX. Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay, Chile y Tucumán de la Compañía de Jesús (Buenos Aires: Talleres S.A. Casa Jacobo Peuser Lda., 1929) 149.

Cabe aquí aclarar una vez más, las diferencias entre misiones, reducciones y doctrinas. La misión es una región o un poblado donde prevalecen infieles a los que se intenta evangelizar, donde la Compañía podía o no tener una residencia. La reducción implica que todos sus habitantes ya fueron bautizados con la tutoría de los jesuitas y en principio sujetos a la encomienda, pero a partir de la Cédula del 1° de junio de 1654 se denominan doctrinas aquellas en las que debían presentarse ante las autoridades civiles tres sujetos doctrine-ros por cada poblado para cumplir con la aprobación y dotación del Patronato Regio a diferencia de las pa-rroquias que poseen un beneficio perpetuo. Igualmente, la Cédula Grande de 1743 los denomina “pueblos de misiones” y utiliza indistintamente los términos misión, reducción o doctrina.

Pablo Hernández SJ, Misiones del Paraguay. Organización social de las doctrinas guaraníes de la Compañía de Jesús (Barcelona: Gustavo Gili editor, 1913), II, 525.

La vara castellana o de Burgos equivalía a 0,8359 metros, en tanto que en Paraguay equivalía a 0,8686 metros, similar a la usada en Buenos Aires.

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Ibid., 34 y 80.

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Carlos A. Page, El jesuita expulso Lorenzo Casado y su Relación exacta de la provincia del Paraguay (Cór-doba: CIECS-CONICET/UNC y Báez ediciones, 2019) 200.

La llamada mina de hierro de Tambo en el Guairá fue explotada por Ruy Díaz de Melgarejo con mano de obra indígena esclavizada. Las cuñas que salían de allí eran muy apreciadas por los indígenas que recibían a modo de dádivas de parte de los misioneros al punto que al recibirlas se comprometían a reducirse. José María Blanco SJ, Los mártires del Caaró e Yjuhí: compendio de la historia de los padres Roque González de Santa Cruz, Alonso Rodríguez y Juan del Castillo, primeros mártires de las misiones guaranítictas (Buenos Aires: Ed. Surgo, 1931) 89.

En cuanto a las embarcaciones, muchos pueblos contaban con sus propios barcos, falúas, canoas y botes. Algunos poseían más que un barco como en la estancia grande de Itapúa que, para el tiempo de la expul-sión, tenía tres barcos uno nuevo y dos viejos, además de veinte canoas para uso del paso al pueblo y tres botes. Incluso había astilleros en Yapeyú o Nuestra Señora de Fe que tenía un barco en “obrador ó astillero, no acabado; está duplicado” y en San Cosme tenían una falúa mediana, un barco viejo, además de otros dos de los cuales uno se vendió en Buenos Aires por 700 pesos en géneros que se volvieron a las doctrinas en el barco de Trinidad (Brabo, Inventarios, op. cit., 325, 229, 368 y 301).

En el inventario de las Temporalidades inscriben: “a la parte del norte sobre el patio su corredor, el de abajo abierto, el de arriba cerrado, seis almacenes bajos y un cuarto que sirve de paso. En lo alto dos aposentos, tres cuartos y dos almacenes, dos escaleras de comunicación”. Guillermo Furlong SJ, & Alberto S. J. De Paula, Manzana de las Luces Colegio “Grande” de San Ignacio 1617-1767 (Buenos Aires: Instituto de In-vestigaciones Históricas) 112. El Oficio de Misiones de Buenos Aires tuvo una crisis importante en 1735 cuando se replanteó la exportación ganadera. Compraron grandes cantidades de ganado ante el desabaste-cimiento producido por el deterioro de la capacidad productiva de las doctrinas debido a la concentración de esfuerzos en cuestiones de guerra que a su vez produjeron epidemias. Norberto Levinton, Norberto, “Las estancias de Nuestra Señora de los Reyes de Yapeyú: tenencia de la tierra por uso cotidiano, acuerdo in-terétnico y derecho natural (Misiones jesuíticas del Paraguay)”. Revista Complutense de Historia de Améri-ca 31, (2005) 43.

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Teresa Blumers, La contabilidad en las reducciones guaraníes (Asunción: Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción / Centro de Estudios Antropológicos, 1992) 114.

Según el P. Bruxel, que sigue a otros autores como Aurelio Porta y Emilio Coni, posiblemente el ganado vacuno de San Vicente fue enviado de España por Martim Afonso de Souza entre 1533 y 1534, tiempo que había sido donatario de la capitanía de São Vicente. De allí pasó a Piratininga (São Paulo) donde se multi-plicó y parte de ese ganado lo llevaron a Asunción los hermanos y cazadores de indios Cipião y Vicente Góis hacia 1555, como lo relató en su tiempo Rui Díaz de Guzmán. El primer ganado que se introdujo a Asunción desde Perú llegó entre 1568 y 1569 cuando había ya una importante cantidad de cabezas. Lo trajo Felipe de Cáceres, gobernador interino del Río de la Plata con sede en Asunción, cuando viajó desde Perú a Asunción, dejado como titular de la gobernación al rico minero Juan Ortiz de Zárate quien delegó el mando en Cáceres por viajar a España a confirmar su nombramiento. En esa caravana que hizo escala en Santa Cruz de la Sierra, llevó parte del ganado de las estancias que tenía Zárate en Tarija y Charcas, del que se habían comprometido a depositar en Asunción donde arribaron a fines de 1568. En ninguno de los dos casos se sabe con exactitud el número de vacas que llegaron. Arnaldo Bruxel SJ, Arnaldo. “O gado na antiga Banda Oriental do Uruguai”, Pesquisas, 4 – 13 (1960) 53-55.

Emilio A. Coni, “Historia de las vaquerías del Río de la Plata, 1555-1750”. Boletín de la Real Academia de la Historia, T. 96 (1930) 268.

Recordemos que los jesuitas instalaron un colegio de primeras letras en Corrientes en 1690 sin fundador, es decir carente de un bien donado que produzca renta, solo comenzaron con una estancia propia con 12.000 vacas, posiblemente la llamada Mbae-qua (sic) inmediata a las vaquerías. Carlos Leonhardt SJ, “Estableci-mientos jesuíticos en Corrientes y Entre Ríos”, Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas, Tomo 15, año 11, no. 53 (jul-sep 1932) 87 y 94.

Carbonel de Masy, Estrategias, op. cit., 139.

Así lo manifiesta Felipe V en Cédula Grande de 1743: “16. ítem, mando que las estancias de ganado mayor no puedan estar ni estén legua y media de las dichas reducciones antiguas; y las de ganado menor, media le-gua”. Hernández, Misiones, op. cit., II, 666.

Suplemento de la Anua de 1614 del Guairá. Pedro de Oñate. Leonhardt, Documentos, op. cit., XX, 50.

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Ruiz de Montoya, Conqvista. op. cit., 52v.

Suplemento de la Anua de 1614 del Guairá. Pedro de Oñate. Leonhardt, Documentos, op. cit., XX, 50.

Carta Anua de 1617. Pedro de Oñate 22 de abril de 1618. Leonhardt, Documentos, op. cit., XX, 148.

Ibid., 149.

Carbonell de Masy, Estrategias, op. cit., 75.

AGNArg, Sala IX, 7-1-2. Memorial del provincial Oñate para el P. Boroa superior de Encarnación.

Bruxel, O gado, op. cit., 5-14 (1961) 201.

Julio Cantero, La estancia grande de Itapúa. Análisis de la ocupación del territorio de Posadas entre 1620 y 1800. (Posadas: Ediciones Mercurio, 2023) 54.

Francisco Vázquez Trujillo al general, Itapúa, 30 de octubre de 1629. Pablo Pastells SI, Historia de la Com-pañía de Jesús en la Provincia del Paraguay… según los documentos originales del Archivo General de In-dias (Madrid: Librería General de Victoriano Suárez, 1912) I, 449-450.

Coni, Historia, op. cit., 273 y Bruxel, O gado, op. cit., 1961, 125-126.

Carta Anua de 1635-1637, Diego de Boroa, Córdoba, 13 de agosto de 1637. Leonhardt, Documentos, op. cit., XX, 726.

AGNArg, Sala IX, 6-9-5, doc. 227. Carta del P. Joseph de Castañeda al gobernador. Loreto, 18 de diciembre de 1715.

Manuel Cabral de Melo y Alpoin (Villa de Porto, Isla de las Azores, Portugal, 1591 – Buenos Aires, 1676) fue un noble portugués y militar luso-español, teniente de gobernador de Corrientes (1629-1633 y 1634-1636) y luego su alcalde (1656). Fue conquistador, poblador, hacendado, empresario agroindustrial, comer-ciante y funcionario, ampliamente biografiado. La relación con los guaraníes comenzó con una frustrada ex-pedición de castigo que se formaría luego de las muertes de los mártires del Caaró.

Ruiz de Montoya, Conqvista, op. cit,, 52v.

Cópia de informações sobre a situações dos indígenas em conseqüêcia de invasões dos portugueses, 20 de enero de 1706. Viana, Manuscritos, op. cit. IV, 365.

Carta Anua 1637-1639. Francisco Lupercio de Zurbano, Córdoba del Tucumán, 13 de diciembre de 1643. Ernesto J. A. Maeder, Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay 1637-1639, (Buenos Aires: FECIC, 1984) 83.

Carta anua de las missiones del Parana y Uruguay de la Comp.a de Jesus, del ano de 1633. Juan Romero, San Nicolás, 16 mayo de 1634. Cortesão, Manuscritos, op. cit., 83.

Ibid., 78.

El P. Arenas (Bárcena, Santander, España, 1594 – Concepción, 1649), ingresó en la Compañía a los 36 años siendo elegido por el marqués de Siete Iglesias como preceptor de sus hijos, pero prefirió las misiones. Lle-gó a Buenos Aires en 1628 en la expedición del P. Sobrino, siendo enviado a la misión de guaraníes y parti-cipando activamente en el éxodo del Guairá de 1631, arriando ganado y buscando nuevas tierras para sem-brar trigo, maíz y algodón. Inmediatamente después fue cura del pueblo de Corpus junto con P. Pedro Bor-quez. En 1633 abrió un camino entre el pueblo de San José y las restantes reducciones quedando de compa-ñero del P. Molas en Jesús María. Participó de la emigración de los pueblos del Tape en 1638, intentando después y junto con otros jesuitas reducir a los chiriguanos. Profesó su cuarto voto en Santa María de Fe en 1646 y al ser enviado a la región del Itatín fue alcanzado por unos paulistas quienes lo torturaron y lo deja-ron sin vida (Storni, Catálogo, op. cit., 20; Furlong, Misiones, op. cit., 332; Regina María F. Gadelha, (1980). As missões jesuiticas do Itatim. um estudo das estruturas sócio-economicas coloniais do Paraguai, séculos XVI e XVI (Río de Janeiro: Paz e Terra, 1980) 271.

Cortesão, 1969, 78. Carta anua de las missiones del Parana y Uruguay de la Comp.a de Jesus, del ano de 1633. Juan Romero, San Nicolás, 16 mayo de 1634.

Levinton, Las estancias, op. cit., 37.

Los restos arqueológicos de esta estancia, ubicada a 12 km de lo que fue la reducción en territorio brasilero, como la de muchos otros restos, fueron localizados en sucesivas excavaciones realizadas por un equipo del Instituto Anchietano de Pesquisas (Rogge et. al. 2020).

Hernández, Misiones, op. cit.. II, 546-549. Levinton, Las estancias op. cit., 34-37.

Ibid., II, 546. Ibid, 41.

Un año después de su muerte el P. Jiménez (1602-1668) fue recordado de esta manera: “construyó casas, fabricó carretas para los neófitos, que nunca habían visto semejantes aparatos, labró la tierra con el arado y echó la semilla, para que los indios hiciesen otro tanto. Hasta se hizo domador de caballos, enseñando a ensillar y andar con ellos. Otra vez dirigió un gran rodeo de animales vacunos o cimarrones en frente de una multitud de indios, afuera en los vastos y fértiles campos de pastoreo, a muchas leguas de distancia. Dios bendijo el trabajo, logrando el padre con su comitiva juntar unas veinte mil reses, y conducirlos a las dehesas destinadas para ellas; por lo cual quedó asegurado en adelante el sustento de las reducciones”. Carlos A. Pa-ge, “ Los hermanos estancieros de la Compañía de Jesús y su actuación en la antigua provincia del Para-guay”, Investigaciones y Ensayos, 54, (2004) 118.

Cortesão, 1969, 165. Auto del Pe. Diego de Alfaro, comisario del Santo Oficio, Concepción del Uruguay, 4 de febrero de 1638.

Cortesão, 1969, 214. Estado de las Reducciones del Paraná y Uruguay… c. 1640.

Bruxel, 1961, 202-203. Una información del P. Leandro Salinas de 1722, declara que cuando acompañaba el P. Juan de Baeza en Santo Tomé hacia 1676, los guanoas traían a los pueblos de La Cruz y Yapeyú, “algunas vacas blancas overas para cambiar por yerba y tabaco; no se sabía entonces de dónde las traían, mas se supo luego que eran de la Vaquería del Mar” (AGNArg, Sala IX, 6-9-5, dos. 232).

Cortesão, 1969, 264-265. Copia de la petición del Pe. Tomas de Urueña y auto del Dr. Dn. Mendo de la Cuaba y Benavides, Buenos Aires, 22 de setiembre de 1638.

Sniuhr (2017, 46) recuerda que en 1712 se resolvió un conflicto territorial entre los poblados de Mártires y Trinidad comenzado en 1704. Para tiempos de la expulsión en los inventarios quedaron claros ciertos lími-tes naturales para cada pueblo, por ejemplo cuando luego de describir las dos estancias de la doctrina de Santa María Mayor, especifica: ”Item, otra estanzuela junto al pueblo, entre los dos rios Capiriguá, que divi-de las tierras de este pueblo con el de la Concepción; y el Añangi, que así arriba divide las tierras de este pue-blo con el de los Mártires, como las divide del otro lado del pueblo con el pueblo de San Javier y el rio Taca-ruare” (Brabo, 1872, 159).

Snihur (2017, 52) diferencia esta: “red de caminos” en “corredores naturales” o caminos troncales existen-tes, “corredores conectores” o secundarios que conducían a las estancias.

Cardiel, 1747, 153

Copia de informaciones sobre la situación de los indígenas en consecuencia de las invasiones portuguesas, 20 de enero de 1706. Viana, Manuscritos, op. cit. 357 y 366.

Antonio Seep SJ, Continuación de las labores apostólicas. Edición a cargo de Werner Hoffman, tomo II, (Buenos Aires: Editorial EUDEBA, 1973 [1701]) 274-275.

El superior de las misiones Pablo Benítez (1721-1723) presentó entre agosto y setiembre de 1722 en las reducciones de Encarnación, Candelaria, Loreto y San Ignacio a más de una docena de jesuitas mayores y dos civiles como testigos (AGNArg, Sala IX, 6-9-5, doc. 227 y Información jurídica por medio de cuestio-nario y respuestas de varios testimonios, Encarnación, 15 de setiembre de 1722. Jaime Cortesão, Manuscri-tos da Coleção De Angelis. Tratado de Madri. Antecedentes-Colonia do Sacramento (1669-1749). Tomo V. (Río de Janeiro: Biblioteca Nacional, 1954) 187-235.

Es bastante significativa la documentación sobre las vaquerías y pleitos contra los indios de las reducciones y en la que acuden en defensa los superiores jesuitas. Suman a ellos la presentación de las licencias para va-quear como de la documentación sobre compra de “acciones” (vaquear) sobre diversas tierras. Recordemos en este sentido que, en Candelaria como sede del superior, se conservaba un archivo con documentos que acreditaban la propiedad o tenencia de las tierras.

AGNArg, Sala IX, 6-9-5, dos. 232. Carta de informacion del P. Joseph Pablo de Castañeda al gobernador relativa al derecho histórico poseido por los indios a la práctica de vaquerías en el territorio de los ríos Para-ná y Uruguay,

AGNArg, Sala IX, 6-9-5, doc. 241. Testimonio del P. Lauro Núñez sobre la ocupación de la vaquería del Mar. Bartolomé Navarro, 14 de julio de 1716.

Bruxel, O gado, op. cit, 1961, 124-146.

Jairo Henrique Rogge, et. al., “A grande estância de Yapeyú”, Pesquisas-Antropología, 75 (2020) 18.

Magnus Mörner, Actividades políticas y económicas de los jesuitas en el Rio de la Plata (Buenos Aires: Paidós, 1968) 127.

BCSE, Apéndice Ibáñez, s/f. “Ordenes del P. Rdo. Provl Simon de Leon en la visita de 1697”. Este apén-dice documental que fichamos hacia 2005, servía como muestra probatoria del texto antijesuítico que lo pre-side de Bernardo Ibáñez de Echavarri. A pesar de ello y ser copia lo utilizaron como cierto tanto Nicolás Cushner como Rafael Carbonel de Masy SJ y nosotros mismos. Fue transcripto y próximamente publicado por José Luis Narvaja SJ.

BCSE, Apéndice Ibáñez, s/f. “Ordenes del Pe. Provincial Igno. de Frias pata el Pe. Supr. del Uruguay en la Visita de 1699”.

Rogge, A grande, op. cit., 18.

Coni, Historia, op. cit., 332-333.

Ibid., 281.

Ibid., 287-288.

Guillermo Furlong SJ, Misiones y sus pueblos de guaraníes (Buenos Aires: Imprenta Balmes, 1962) 406.

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Baltazar Luis Mezzera, Diario de viaje a las vaquerías del mar (1705), por el Hno. Silvestre González (Mon-tevideo: Artes Gráficas Covadonga, 1966).

Carta del general Miguel A. Tamburini al provincial Luis de la Roca, Roma, 28 de abril de 1725. Carlos A. Page, “Las cartas de los generales Tirso González y Miguel A. Tamburini para la provincia del Paraguay”. IHS. Antiguos Jesuitas en Iberoamérica, Vol. 1, N° 1 (2013) 305.

Hernández, Misiones, op. cit., II, 534

Mörner, Actividades, op. cit., 129.

Rogge et al, A grande, op. cit., 105. Robert H. Jackson, “Una mirada a los patrones demográficos de las misiones jesuitas de Paraguay”, Fronteras de la Historia, 9, 2004, 141 a 144.

AHNAr. Biblioteca Nacional, Libro de Consultas 1731-1747, Leg. 69, f. 70.

BNE, ms 6976, f. 262. Memorial del P. Provl Jayme de Aguilar Para el P. Superior En segunda Visita de 1737. Jaime de Aguilar, Santiago 13 de septiembre de 1737.

BNE, ms 6976, f. 262. Memorial del P. Provl Jayme de Aguilar Para el P. Superior En segunda Visita de 1737. Jaime de Aguilar, Santiago 13 de septiembre de 1737.

Arnaldo Bruxel SJ, Os trinta povos guaranis. Panorama Histórico-Institucional (San Lorenzo de Brindes: Livraria Sulina Editora, 1978) 116.

BNE, ms 6976, f. 262. Memorial del P. Provl Jayme de Aguilar Para el P. Superior En segunda Visita de 1737. Jaime de Aguilar, Santiago 13 de septiembre de 1737.

Hernández, Misiones, op. cit., II, 534

BNE, ms 6976, f. 261. Memorial del P. Provl Jayme de Aguilar Para el P. Superior En segunda Visita de 1737. Jaime de Aguilar, Santiago 13 de septiembre de 1737 (Hernández, Misiones, op. cit., I, 601).

BNE, ms 6976, f. 259 Carta del padre Nusdorffer a los misioneros. Bernardo Nusdorffer, Candelaria, 1° de setiembre de 1735.

Carbonell de Masy, Estrategias, op. cit., 150.

El P. Sanna (Cagliari, 1700-1772), ingresó a la Compañía a los 16 años y ya sacerdote llega a Buenos Aires en 1729, profesando su cuarto voto en Candelaria en 1733. Toda su vida en América estuvo en las reducciones guaraníticas. La expulsión lo sorprendió en Corpus donde era párroco y en el exilio pudo regresar a su patria en 1772. Hugo Storni SJ, “Jesuitas italianos en el Río de la Plata (antigua provincia del Paraguay 1585-1768)”, Archivum historicum Societatis Iesu, Vol. 48, N° 95 (1979) 44-45.

El P. Charlet era francés (Sallanches, 1696-San José 1756). Llegó al Paraguay en 1716 y profesó su cuarto voto en Candelaria en 1734. Hugo Storni SJ, Catálogo de los jesuitas de la Provincia del Paraguay (Cuenca del Plata) (1585-1768) (Roma: Institutum Historicum S.I. 1980) 64.

BNE, ms 6976, f. 288. Memorial del provincial Antonio Machoni para el superior de las doctrinas del Para-ná y Uruguay y sus consultores. Antonio Machoni, 29 de junio de 1740.

Ibid.

Ibid.

AGNArg, Sala IX, 6-9-7, doc. 648. Memorial del P. Provl. Berndo. Nusdorffer para el Pueblo de Yapeyu en su primer visita de 31 de julio de 1744 en orden a la conservacion y aumento de la Estancia nueva de Sn. Jo-seph.

AGNArg, Sala IX, 6-10-3, doc. 287. Noticia de las famílias de Indios que existen empleadas en guardar el Ganado de las estancias de esta Parte del Ybicuy. Joseph de Molina, Santo Ángel, 22 de abril de 1758.

AGNArg, Sala IX, 6-9-7, doc. 648. Memorial del P. Provl. Berndo. Nusdorffer para el Pueblo de Yapeyu en su primer visita de 31 de julio de 1744 en orden a la conservacion y aumento de la Estancia nueva de Sn. Jo-seph.

Por ejemplo, Loreto contaba con los títulos de su fundación con su terreno de jurisdicción, los de sus es-tancias y mapas de ellas. Brabo, Inventarios, op. cit., 354.

Hernández, Misiones, op. cit., I, 357. El H. Lugas (Cagliari, 1698 – Nuoro, 1769), ingresó a la Compañía de Jesús de Cerdeña en 1723 y de viaje a Buenos Aires emitió los últimos votos a bordo del San Bruno, llegan-do en 1735 en la expedición de su compatriota el P. Machoni. Trabajó en Córdoba, Santa Fe, Asunción y en los pueblos de guaraníes, sobre todo en la administración de estancias. Para la expulsión se encontraba en el colegio de Corrientes. Storni, Jesuitas, op. cit., 30. El H. Pino (Montilla, Córdoba, España, 1690 – Córdo-ba, Argentina, 1763), llegó a Buenos Aires en 1712 en la expedición del P. Francisco Burgés. Storni, Catálo-go, op. cit., 222.

AGNArg, Sala IX, 6-9-7. Memorial del P. Provl. Berndo. Nusdorffer para el Pueblo de Yapeyu en su primer visita de 31 de julio de 1744 en orden a la conservacion y aumento de la Estancia nueva de Sn. Joseph.

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Leonhardt, La guerra, op. cit., 302.

AGNArg, Sala IX, 7-2-1. Memorial del P. Querini para la doctrina de Yapeyú en su visita del 12 de marzo de 1749.

Brabo, Inventarios, op. cit., 73.

Alfredo Poenitz, y Esteban Snihur, “El espacio agrícola ganadero en las Misiones Jesuíticas. Relevamiento de los vestigios en el nordeste de Corrientes”, VIII Jornadas Internacionales sobre las Misiones Jesuíticas. Historia inacabada, futuro incierto (Asunción: Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch, 2002) 439.

Arbado Bruxel SJ, Os trinta povos guaranis. Panorama Histórico-Institucional. San Lorenzo de Brindes: Livraria Sulina Editora, 1978) 116.

Snihur da el ejemplo de la posta de San Alonso (Corrientes) cuyos restos arqueológicos aún perduran en la vera del camino entre las doctrinas de Santo Tomé y Apóstoles. También era puesto de estancia de Apósto-les donde había habitaciones para pernoctar, alimento y una capilla. Esteban A. Snihur, “Las misiones jesuí-ticas: la construcción de una territorialidad”. In: El territorio de las Misiones Jesuíticas de guaraníes (Buenos Aires: cEDoDaL, 2017).

Rogge et al, A grande, op. cit., 113.

Hernández, Misiones, op. cit., I, 206.

Leonhardt, La Guerra, op. cit., 299. Bernardo Nusdorffer SJ, “Documentos relativos a la Guerra Guaraníti-ca. Relación de todo lo Sucedido en estas doctrinas en orden a la mudanza de los Siete Pueblos del Uruguay (1750-1756)”. Montevideo: Boletín Histórico del Ejército, N° 315-318 (2003) 98.

Ibid., 303. Ibid., 102.

Leonhardt, La guerra, op. cit., 297.

Hernández, Misiones, op. cit., I, 544-545.

Ibid., 554-555.

Published

2024-10-08

How to Cite

Carlos A. Page. (2024). The cattle ranches of the Jesuit-Guarani settlements of the Jesuit province of Paraguay. Revista Montalbán, 1(64). https://doi.org/10.62876/rm.v1i64.6722

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Artículos