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del Modelo de Teimourpour, et al. (2016), se
destaca que este modelo “permite auditar el
conocimiento de una compañía o empresa,
representando la situación de cada área de
conocimiento
identificada,

estudiando

el
efecto
actual

y

futuro

de

la

planeación
estratégica
del

conocimiento

teniendo

en
cuenta
los

vacíos

o

carencias

identificados
en
el

mapa”.

Esto

permitirá

a

la

empresa
determinar
cuál

es

el

conocimiento

que
requerirá
la

organización

para

hacer

más
efectivo
y

eficiente

los

procesos

que
agreguen valor al cliente mejorando así sus
productos y servicios.
Con
relación

a

las

auditorías

internas
aplicadas al Sistema de Gestión de Calidad,
estas permiten tener perspectiva objetiva de
que
el

sistema

se

está

aplicando
correctamente, es mantenido y se cumplen
con
todos

los

requisitos

de

la

Norma

ISO
9001
de

las

demás

necesidades

de

la
organización. La recolección de evidencias,
el levantamiento de No Conformidades y el
establecimiento de acciones correctivas son
fuentes
de

conocimiento

que

permitirán

a
las
organizaciones

poseer

de

una

rica
fuente
de

lecciones

aprendidas

para

el
futuro.
Por
su

parte,

la

“Revisión

por

la

Dirección”
permite identificar
si el Sistema de Gestión
es
apropiado

porque

aún

cumplen

con

su
propósito,
adecuado

ya

que

todavía

es
suficiente y requiere o no de ser actualizado
y mejorado
y está

siendo

eficaz ya

que

se
logra los resultados deseados. Esta revisión
debe
ser

tal

como

lo

indica

la

Norma

ISO
9001 planificado y realizado a intervalos de
tiempo definidos por la Alta Dirección y esta
revisión
también

permitirá

verificar

que
estos
Sistemas

están

alineados
continuamente a la dirección estratégica de
la organización.
La
“Revisión

por

la

Dirección”

en

los
Sistemas
de

Gestión

del

Conocimiento

es
de
suma

importancia,

ya

que

tal

como

lo
indica
Conde

et.

al

(2004)

[20]

el
conocimiento
es

una

herramienta
fundamental
que

la

dirección

empresarial
debe
utilizar

en

sus

estrategias

de
intervención
del

entorno,

generando

mayor
capital
intelectual”.

Benavides

y

Quintana,
(2003)
[15]

exponen

que

el

capital
intelectual “es el conocimiento organizativo,
esto
es,

el

conocimiento

colectivo
acumulado
por

la

empresa

en

relación

con
sus
productos,

servicios,

procesos,
mercados y clientes”. Por tanto, al revisar y
evaluar
el

estado

del

conocimiento

en

la
organización, esta puede determinar si esta
le permite ofrecer a sus clientes un producto
y/o servicios que realmente sea requerido y
valorado
por

ellos.

Entre

tanto,

la

revisión
por parte de la dirección para el Sistema de
Gestión
de

Calidad

para

medir

el
rendimiento
y

eficacia

del

sistema

utilizará
información como:
-
Resultados de la satisfacción del cliente.
-
Grado

en

que

se

cumplieron

los
objetivos de calidad.
-
Rendimiento

de

los

procesos

y

la
conformidad

de

los

productos

y
servicios.
-
Estado

de

las

No

conformidades

y
acciones correctivas.
-
Evaluación de los Proveedores.
-
Resultados

de

auditorías

tanto

internas
como
externas

(clientes,

organismo
regulador) o de certificación.
La
elaboración

y

mantenimiento

de

la
información
documentada

de

las

auditorías
internas
y

de

los

informes

de

revisión

por
parte
de

la

dirección

son

fuentes

de
conocimiento para las organizaciones.
La última Cláusula del Anexo de Alto Nivel
de
la

ISO

es

la

referida

a

la

“Mejora”

y

es
claro
que

todo

sistema

de

gestión

no

es
estático
y

siempre

busca

la

mejora.

Gil,
López y Pérez, (2008) [23] citando a