representa
una

medida

cualitativa

de

la
potencia
del

sismo.

Estas

ordenadas
pueden
disminuir

o

aumentar,

de

acuerdo
con los valores de los picos de la función de
transferencia
o

amplificación

dinámica

del
sitio.
La

forma

de

la

función


es

un
buen
elemento

cualitativo

para

indicar
cuáles amplitudes serán reducidas y cuáles
serán
amplificadas

en

el

espectro

de
respuesta.
Se demuestra en el perfil estudiado, que la
velocidad pr d promedio de o de las ondas de corte de e de
las
arcillas

entre

los

15

y

los

100

m

de
profundidad
influye

significativamente

en

el
desarrollo de las presiones de poros en los
estratos
de

arena

superficiales.

De

hecho,
cuando
las

velocidades

promedio

de

las
ondas
de

corte

para

las

arcillas

superaron
los
260

m/s

para

el

perfil

estudiado

fue
cuando
se

comenzaron

a

observar

valores
altos
en

las

presiones

de

poros

con

los
distintos sismos utilizados.
Se demostró además que no son solamente
las
condiciones

del

sitio

producto

de

las
velocidades promedio de las ondas de corte,
la
altura

del

depósito

y

el

amortiguamiento
promedio del perfil, las que condicionan los
aumentos
de

la

potencia

y

las

ordenadas
espectrales
del

sismo,

sino

que,

las
amplitudes de es de las or as ordenadas del espectro de o de
respuesta
tienen

un

papel

fundamental

en
ese
proceso.

De

hecho,

si

el

espectro

de
respuesta
del

sismo

en

el

lecho

rocoso

no
tiene
amplitudes

significativas

con

valores
capaces de hacer aumentar la potencia del
sismo al aplicarle la función de transferencia
o
amplificación

dinámica,

entonces

ocurrirá
poco o ningún incremento de las amplitudes
de
las

ordenadas

espectrales

y,

en
consecuencia, de la po a potencia del a del sismo.
De la misma manera, se comprueba que al
cambiar las condiciones del perfil por debajo
de
la

arena

licuable

a

los

15

m

de
profundidad y hasta los 100 m introduciendo
estratos
de

arena

suelta

de

distintos
espesores (5 y 15 m, respectivamente) a 20
60
y

85

m

de

profundidad,

se

verificaron
reducciones de la potencia de los 25 sismos
estudiados,
aunque

algunos

de

ellos
mantuvieron
suficiente

potencia

para

licuar
la ar a arena.
Con
los

resultados

antes

señalados

es
evidente
que

existen

condiciones

de

los
suelos por debajo de los primeros 30 metros
del
perfil

y

hasta

por

lo

menos

100

m

de
profundidad
que

resultan

importantes

en

la
respuesta
del

sitio

al

ser

alcanzado

por
terremotos con magnitudes Mw entre 5 y 7,9
y distintas distancias. Esto corrobora que las
influencias
importantes

en

la

respuesta

de
un sitio no necesariamente están contenidas
en
los

primeros

30

m

de

profundidad

de
dicho perfil.
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