iv.
ANTECEDENTES
Varios estudios han investigado la enseñanza
de la Informática a partir de la participación en
proyectos de código abierto.
Sowe
y

Stamelos

[10]

desarrollaron

una
experiencia
donde

estudiantes

de

quinto
semestre
podían

realizar

testing

dentro

de
proyectos
de

código

abierto,

y

esta

actividad
representaba
uno

de

los

proyectos

a

ser
evaluados durante el curso. Para este tipo de
experiencia desarrollaron un framework de tres
fases:
primero

planificar

las

actividades

de
clase
y

seleccionar

los

proyectos,

segundo
involucrar a los estudiantes en actividades del
proyecto
y

tercero

evaluar

y

puntuar

la
participación
de

los

estudiantes.

Diseñaron
varias
recomendaciones

para

seleccionar

los
proyectos,
entre

las

cuales

están

elegir
proyectos
con

más

de

dos

desarrolladores,
escoger
proyectos

donde

el

lenguaje

de
programación
le

resulta

cómodo

al

estudiante
y
seleccionar

proyectos

con

listas

y

foros

de
discusión activos.
Kussmaul
[11]

propuso

un

modelo

de

cinco
pasos
para

integrar

el

software

de

código
abierto
en

la

formación

de

estudiantes
universitarios en Ciencias de la Computación e
Ingeniería
de

Software.

El

primer

paso

es
utilizar proyectos de código abierto, el segundo
es
estudiar

el

proyecto

como

un

ejemplo
funcional,
el

tercer

paso

es

añadir

pequeñas
mejoras
al

proyecto,

el

cuarto

paso

es
construir
componentes

más

complejos

y

el
quinto
paso

es

aprovechar

el

proyecto

de
código
abierto

para

otros

propósitos.

El

autor
aplica
esta

estrategia

en

asignaturas
introductorias
(Computación

1

y

2),

así

como
en asignaturas avanzadas y en el proyecto de
grado de la ca a carrera.
Ellis et al. [12]
ofrecen una serie de consejos
para involucrar a los estudiantes en proyectos
de
código

abierto

e identifican

cinco fases

de
este
proceso,

las

cuales

son

(1)

entender

las
diferencias entre el software de código abierto
y
la

cultura

académica;

(2)

identificar

un
proyecto
y

los

tutores;

(3)

sincronizar

el
ambiente académico con aquel del software de
código abierto; (4) la participación estudiantil; y
(5)
concluir
el

proyecto

haciendo

el

correcto
cierre de la ac a actividad.
Papadopoulos et al. [13] realizaron un estudio
a
lo

largo

de

cuatro

años

de

involucrar

a

los
estudiantes
de

dos

asignaturas

del

área

de
Ingeniería de Software en proyectos de código
abierto. La participación en estos proyectos es
optativa
y

cada

estudiante

adopta

un

rol
específico
que

puede

ser

ingeniero

de
requerimientos,
tester,

desarrollador

o
diseñador/analista.
También

aplicaron

al

final
de
cada

actividad

un

cuestionario

a

los
estudiantes con preguntas abiertas y cerradas
para
medir

la

calidad

de

la

experiencia.

En
general,
los

estudiantes

de

todos

los

cuatro
grupos
tuvieron

una

opinión

muy

positiva
sobre la actividad, además, más de la mitad de
los
estudiantes

involucrados

se

comunicaron
directamente con los encargados del os del proyecto.
Smith
et

al.

[14]

desarrollaron

un

método
sistemático
para

seleccionar

proyectos

de
código
abierto

aptos

para

la

enseñanza

de

la
Ingeniería
de

Software.

Los

autores
determinaron
varios

criterios

para

elegir

los
proyectos, entre ellos el tamaño del código, el
lenguaje
de

programación,

el

dominio

de
aplicación,
la

modularidad

del

diseño,

la
presencia
de

actividad

reciente,

la

calidad

de
la documentación y la facilidad de compilación.
Se dedicó un verano completo de 12 horas al
día
para

encontrar

proyectos

que

cumplieran
con
los

criterios

seleccionados

y

se

eligieron
16
proyectos,

los

cuales

fueron

satisfactorios
para
los

estudiantes.

Los

autores

concluyen
que
el

proceso

de

seleccionar

los

proyectos
requiere
de

una

cantidad

abrumadora

de
tiempo.
Nascimiento
et

al.

[15]

realizaron

un

estudio
de
casos de tipo

mixto para

determinar

si los
estudiantes
de

Ingeniería

de

Software
perciben
su

contacto

con

los

proyectos

de
código
abierto

como

una

experiencia

del
mundo
real.

El

estudio

incluye

tres

casos