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Palabras de bienvenida al XVIII Foro Guayana Sustentable
Padre Arturo Peraza sj. Vicerrector de la Extensión Guayana
Muy buenos días a todos, bienvenidos a este foro que quiere ser
ciudadano, que quiere expresar la preocupación que como universidad
católica tenemos en torno a los temas que afectan a nuestra ciudad, a nuestra
región e incluso preocupan globalmente.
Este es un espacio de ciudadanía en un país que perdió espacios de
ciudadanía. Es un espacio de encuentro entre la Universidad y la ciudad en la
cual queremos pensar, en Guayana, su presente y su futuro.
En principio yo quisiera expresar mi saludo y bienvenida a Monseñor
Helizandro Terán, Obispo Diocesano de Ciudad Guayana, para quien pido por
favor que le demos un aplauso de bienvenida.
Quisiera desde este inicio poner a la orden de usted, señor Obispo, esta
universidad como parte de las instituciones que están dentro del marco de las
iglesias católicas al servicio de la evangelización, en el entendido de predicar
la buena noticia al modo como lo hacemos en la universidad, pero en
disposición junto con todo su equipo para trabajar en el mismo horizonte,
muchísimas gracias por acompañarnos.
De igual manera quisiera darle la bienvenida al padre Luis Ovando
Hernández sj, nuevo Rector del Colegio Loyola Gumilla, para quien pido
también que por favor le den un aplauso de bienvenida, es parte de nuestros
compañeros de trabajo en el ámbito en el cual convivimos y existimos, en el
entendido de la Ley Apostólica Ignaciana en Guayana y en concreto dentro
del parque común que compartimos, con una visión de una unidad educativa
que pensamos, queremos y deseamos que pueda incidir en el contexto global
en Ciudad Guayana.
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Quisiera darle la bienvenida a cada uno de los ponentes que han
aceptado participar y nos acompañan, igual a todo el público que nos ha
querido acompañar en esta jornada de reflexión ciudadana.
Quiero agradecer especialmente a los organizadores de este evento, en
particular a la profesora Aiskel Andrade, directora del Centro de
Investigaciones para la Educación, la Productividad y la Vida; este foro debió
haberse organizado en el mes de junio pasado, lo que no fue posible
conocidas las circunstancias del país, el esfuerzo que se ha hecho por
organizarlo en este tiempo y volver a tener este espacio, habla del modo cómo
la Universidad quiere ejercer incidencia pública y política en la realidad de la
Nación.
Entiéndase política con “P” mayúscula, no es el tema de la política
partidista, no es el tema simplemente del análisis polarizante, no son de esas
“P” de las que estoy hablando, estoy hablando de la política con “P” mayúscula
que asume lo público como elemento fundamental desde lo cual queremos
hablar del bien común, la trascendencia de aquello que nos configura como
ciudadanos.
Como universidad católica, nos queremos sumar a los esfuerzos que
está haciendo toda la iglesia en la zona Panamazónica, de la cual formamos
parte, para generar una nueva consciencia global sobre la necesidad de
establecer relaciones justas con Dios, con nuestros hermanos y con el medio
ambiente, en lo cual una dimensión lleva a la otra casi como necesidad.
Esta última dimensión, la Compañía de Jesús la ha asumido con especial
interés, como un aporte que hemos venido desentrañando al menos
formalmente desde la anterior Congregación General en el año 2008 y que en
la reciente de 2016 se ha visto especialmente confirmada. En particular la
cuenca amazónica es un área de preocupación junto a toda la iglesia universal
en palabras del Papa en la Laudato Si, en especial si consideramos que se
ha convocado a un sínodo específico sobre esta región.
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Las instituciones universitarias (en el marco de todas las instituciones
educativas) tenemos una particular y vital misión en este contexto. No solo
debemos fomentar y elevar el grado de conciencia colectiva frente a esta
realidad suicida, una humanidad depredadora, sino que en el caso
universitario debemos pensar causas y alternativas.
Esa lógica depredadora busca la riqueza de unos pocos que bajo
engaños, uso de la violencia, el miedo, el poder del Estado, el hambre, la
desnutrición, las enfermedades endémicas que antes habían sido erradicadas
y otros sin fin de males sin cuento, sin consciencia alguna arrasan, con
pueblos, culturas y naturaleza.
Hoy aquí los rivereños de las hermosas aguas del Caroní y del Orinoco
bebemos aguas contaminadas con mercurio y cianuro, se atenta contra las
fuentes hídricas de agua dulce más importantes de los cuales depende la
supervivencia colectiva sin contar con el elemento de la producción
hidroeléctrica.
Por eso, como Universidad tenemos que sentarnos a entender las
causas que nos están llevando a ese camino de autodestrucción y plantearnos
alternativas viables, lo que significa ese camino del desarrollo sustentable,
pero sustentable ecológicamente hablando para poder brindar caminos y
posibilidades a ese mundo del siglo XXI.
Hablar de Guayana Sustentable es hablar de la humanidad, pues en este
territorio se hace verdad o mentira en el presente, nuestro futuro. Hablar de
Guayana Sustentable es protestar de forma ciudadana, es crear las instancias
de una verdadera democracia participativa donde el ciudadano tiene el rol
protagónico y donde los más pobres están en el centro de nuestra
preocupación, hasta lograr que ellos mismos puedan elevar desde aquí su
voz, en especial los miembros de las comunidades indígenas contra las que
se atenta.
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Queremos hablar del Arco Minero pues vemos en ese proyecto y en sus
concretas realizaciones un modo de destruir nuestro planeta y plantear
relaciones de explotación del ser humano y de la naturaleza que niegan a
Dios. El Arco Minero es una forma concreta de ateísmo, pues niega en la
historia a Dios en su creación y en su llamado a la fraternidad universal.
Nosotros deseamos hablar del Arco Minero porque nos preocupan las
comunidades indígenas afectadas y la naturaleza en términos de nuestra
supervivencia. Nos preocupa el Arco Minero porque en el fondo está
afectando nuestras condiciones de vida como ciudadanos y nuestras
condiciones de posibilidad de existir, porque sigue reproduciendo esa
Venezuela rentística, esa Venezuela que debimos superar hace tiempo y que
no somos capaces de hacerlo y que lo único que trae es opresión y miedo.
Y el estado Bolívar hoy es más pobre que antes, somos una población
más pobre, pero nuestro estado, particularmente, es más pobre. Hemos vuelto
a ver enfermedades que no creíamos que volveríamos a ver, que creíamos
superadas, hemos visto como el estado ha desaparecido de nuestras manos.
Y tendríamos que preguntarnos si como Midas, creemos que con tocar las
cosas para convertirlas en oro vamos a ser más felices, cuando terminamos
muertos de hambre.
Formamos parte de todo el esfuerzo eclesial que se nuclea alrededor de
la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y estamos al servicio de la misión
de esa iglesia que trasciende fronteras, pues la misión no la tiene ni entiende
de rayas.
A la vez somos una Universidad de la Compañía de Jesús en esta
cuenca hacia la que gira la mirada de toda la Congregación, pues entre sus
prioridades está justamente la cuenca amazónica, consciente de que mucho
del futuro de la humanidad se juega en esta zona.
En particular la Compañía de Jesús tiene la mirada puesta en lo que
llamaríamos la cuenca amazónica, porque justo con la cuenca del Congo
estamos convencidos de que son dos zonas en donde el futuro de la
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humanidad, en lo colectivo, se está jugando. Y nosotros somos la puerta norte
de entrada a ese mundo amazónico, el punto desde el cual uno puede
empezar a hablar, siendo parte de ella. En particular, cuando uno piensa esto
desde las instituciones universitarias y más si es parte de la misión misma de
esa universidad como es el caso de la Universidad Católica, nos damos
cuenta de la necesidad de elevar ese grado de conciencia colectiva frente a
la realidad suicida de una humanidad depredadora que va camino hacia su
propia autodestrucción.
De allí el sentido de este Foro ciudadano universitario, de allí la
pertinencia y responsabilidad que recae sobre nuestra universidad y sobre
nosotros como ciudadanos, porque de nosotros, en el fondo, termina
dependiendo un juego que es planetario. Ser universidad de frontera y no
provinciana. Por eso bienvenidos a pensar local y globalmente y también a
aportar desde nuestro contexto a lo que es el gran debate de la vida de la
humanidad, de las oportunidades que Dios nos está dando de construir la
alternativa de un mundo nuevo.
Bienvenidos a todos, muchísimas gracias.