Quisiera darle la bienvenida a cada uno de los ponentes que han
aceptado participar y nos acompañan, igual a todo el público que nos ha
querido acompañar en esta jornada de reflexión ciudadana.
Quiero agradecer especialmente a los organizadores de este evento, en
particular a la profesora Aiskel Andrade, directora del Centro de
Investigaciones para la Educación, la Productividad y la Vida; este foro debió
haberse organizado en el mes de junio pasado, lo que no fue posible
conocidas las circunstancias del país, el esfuerzo que se ha hecho por
organizarlo en este tiempo y volver a tener este espacio, habla del modo cómo
la Universidad quiere ejercer incidencia pública y política en la realidad de la
Nación.
Entiéndase política con “P” mayúscula, no es el tema de la política
partidista, no es el tema simplemente del análisis polarizante, no son de esas
“P” de las que estoy hablando, estoy hablando de la política con “P” mayúscula
que asume lo público como elemento fundamental desde lo cual queremos
hablar del bien común, la trascendencia de aquello que nos configura como
ciudadanos.
Como universidad católica, nos queremos sumar a los esfuerzos que
está haciendo toda la iglesia en la zona Panamazónica, de la cual formamos
parte, para generar una nueva consciencia global sobre la necesidad de
establecer relaciones justas con Dios, con nuestros hermanos y con el medio
ambiente, en lo cual una dimensión lleva a la otra casi como necesidad.
Esta última dimensión, la Compañía de Jesús la ha asumido con especial
interés, como un aporte que hemos venido desentrañando al menos
formalmente desde la anterior Congregación General en el año 2008 y que en
la reciente de 2016 se ha visto especialmente confirmada. En particular la
cuenca amazónica es un área de preocupación junto a toda la iglesia universal
en palabras del Papa en la Laudato Si, en especial si consideramos que se
ha convocado a un sínodo específico sobre esta región.