Foro Guayana Sustentable. Revista Informativa de Investigación Nº 19
intervención yo solo quiero subrayar algunos aspectos que considero relevantes desde
el documento final del Sínodo Amazónico:
El Primero: Hacia Una Ecología Integral Y Una Conversión Ecológica.
En el libro del Génesis –primer libro de la Biblia- leemos lo siguiente:
“Yahvé Dios formó al hombre con el polvo de la tierra, luego sopló en sus narices un
aliento de vida y existió el hombre con aliento y vida, y Yahvé Dios plantó un jardín en
un lugar del oriente llamado Edén y colocó allí al hombre que había formado”.
Esta narración genésica nos recuerda nuestra condición creatural, hemos sido
creados del polvo de la tierra y estamos en una interconexión permanente con ella y
con todas las demás criaturas, más aun el creador ha puesto en nuestras manos este
Jardín del Edén, esta creación para su administración y cuidado, la creación no es algo
trivial para el cristiano, todo lo contrario es algo de vital importancia, es en ella donde el
hombre encuentra y despliega su ámbito de vida, -más aun- la creación nos da una
referencia directa a Cristo Jesús, recordemos las palabras del Apóstol San Pablo:
“En él, en Cristo fueron creadas todas las cosas tanto en el cielo como en la tierra,
los seres vivientes y los invisibles, tronos, dominaciones, principados, potestades, todo
fue creado por él, y por medio de él y para él”. Fin de la cita de Pablo.
Todo cuanto existe tiene una profunda referencia a Cristo, en especial, el hombre
creado a imagen y semejanza del creador, y el hombre creado a imagen y semejanza
del creador ha sido creado a Cristo, imagen visible del Dios invisible.
Esta relación inicial de gracia entre Dios y el Hombre, entre Dios, Hombre y
Creación, se ve alterada, desvirtuada por el actuar pecaminoso del hombre, puesto
como garante del cuidado creacional. Él hombre por el pecado se convierte en