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13.
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ño
2013
desde
313 PP.
h
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323 PP
.
I
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colectivo, sentido
c
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t
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rr
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Resumen
El objetivo de este ejercicio de análisis compar tido, es proponer algunas
interpretaciones sobre la complejidad psico-socio-potico-antropológica de la
realidad cotidiana en Ciudad Guayana, partiendo de tres categorías de análisis:
imaginario colectivo, sentido con e identidades sociales y sus posibles
relaciones con las organizaciones sociales. Algunos de los supuestos tricos
asumidos son: a) La realidad no es una concrecn objetiva, ni un dato a priori, que
existe independiente de quien la piensa. Al contrario, la realidad es un complejo
proceso-producto de construccn colectiva resultante del cruce matricial de tres
dimensiones: real, simlica e imaginaria. b) El imaginario es una dimensión social
fundacional de la realidad humana, que supone la capacidad creativa de invencn
de formas y sentidos que permiten instituir relaciones de orden y des-orden
distintas a lo natural. c) El sentido común constituye tanto un proceso-producto de
hermenéutica social, como una comunidad de sentidos semánticos compartidos por
un grupo humano. d) El discurso es un sistema de afirmaciones que construye un
objeto. Constituye una práctica psicosocial y cultural de tipo fundacional: funda la
realidad de la cual habla. e) La cotidianidad es el sistema de rutinas que conforma
el mundo de vida previsible de la gente, caracterizado por el encadenamiento de
eventos reiterados día tras a, sen la gica circular de una temporalidad muy
cercana al mito. La cotidianidad pretendería garantizar una permanencia tranquila
y securizante de los seres y las cosas, anulando así la erosión mortal que el tiempo
impone al mundo. Para el ejercicio de análisis aqpropuesto, se recurrirá a la
descripcn interpretativa de hechos empíricos registrados en diversos estudios
realizados durante la última década, en el Centro de Investigaciones Antropológicas
de Guayana (CIAG) de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG).
Palabras clave: imaginario, sentido con, identidades.
IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
REFLEXIVO
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ISSN:
SOBRE EL SE;-;TIDO DE LAS PALABRAS QUE E!VIPLEA!VIOS
Reflexionar
sobre la manera como se
construye
la realidad social de la
vida cotidiana de todos los días en Ciudad Guayana, en función del
imaginario
colectivo, el sentido común y las identidades sociales, implica
necesariamente:
primero, hablar de la realidad en general y de la realidad cotidiana en
particular;
en segundo lugar, se debe indicar lo que quiere decirse con estos conceptos de
las ciencias sociales y, finalmente, llegar a cierto número de ideas que
permitan
vincular estas categorías con la praxis de las
organizaciones
sociales para
poder
concluir esta reflexión
compartida.
Antes que nada, habría que aclarar que la afirmación según la cual la
realidad
es algo concreto, algo que 'está allí afuera' esperando a ser
descubierta y
explicada, ha sido una de las apuestas mayores que el conocimiento humano ha
sostenido desde la Antigüedad (Pitágoras, Euclides, Arquímedes o Aristóteles
)
,
pasando por la modernidad inicial (Descartes, Newton, Locke, Faraday, Voltaire o
Marx) hasta la era
contemporánea
(Curie, Volta, Edison, Skiner o Einstein).
Este
axioma respecto a la realidad es una afirmación realista, materialista, fundamental,
que ha requerido de un enorme despliegue investigativo y explicativo por
parte
de las disciplinas científicas modernas. Empero, paralelamente a esta
postura
científica con respecto a la
realidad
la misma tradición occidental ha tenido
un
planteamiento opuesto de tipo idealista (Platón, Kant, Hegel, Heidegger
Ca
mus,
Sartre... ), según el cual, la realidad humana es algo que existe gracias a las ideas.
La esencia de la realidad se encontraría en el sistema de las ideas
que
describen
y explican el mundo. En la década de los 60 surgió una
postura
epistemológica
interesante, a la cual suscribimos, llamada el
construccionismo
social (Berger & Luckman, 1966). El
planteamiento
que desde entonces
se
ha hecho en las ciencias sociales, retoma las dos tesis anteriores
(idealismo
y realismo), sobre la realidad y plantea una síntesis dialéctica de ellas,
cuyo
planteamiento es que la realidad social es algo concreto, medible, sensible,
algo
que, sin duda, responde al criterio de objetividad tangible. Pero, no obstante,
la realidad social no es algo que existe en la naturaleza,
independientemente
de los seres humanos. Al contrario, la realidad social es algo que se
construye
colectivamente a partir de las prácticas sociales de la gente. Estas prácticas no
son
IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
REFLEXIVO
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simplemente lo que planteaba Marx procesos productivos, materiales,
concretos,
de
producción
de objetos y productos de consumo. Berger & Luckman
(ibidem)
y muchos otros autores (Castoriadis, Foucault, Baudrillard, lbáñez,
Fernández
Christlieb, d'Aubeterre, entre otros), proponen que la
construcción
social de la
realidad conlleva un enorme esfuerzo colectivo de invención y construcción, no
solo de
obJetos,
infraestructura y maquinarias, sino también de ideas,
creencias,
representaciones, etc. Desde esta perspectiva teórica, hemos abordado el estudio
de la realidad social local.
En síntesis, asumimos como cierto el principio según el cual esta se
construye
desde las prácticas sociales cotidianas de las personas, las
organizaciones
sociales (sindicatos, consejos comunales, clubes, partidos políticos,
empresas,
ONG,
asociaciones profesionales, gremios, Facebook,
Twitter, etc.),
las
instituciones del Estado y los medios de
comunicación
social. Es decir de
todo
eso que ahora llamamos los actores sociales, participantes en el juego
socio-
político que caracteriza los momentos históricos de un país, colectivo humano,
pueblo o etnia.
Entendida así la realidad social. es posible hilvanar una serie de
conceptos
que faciliten comprender mejor lo que acontece en dichas prácticas cotidianas de
vida. Justamente imaginario colectivo, sentido común e identidades sociales,
son
parte de las herramientas teóricas que, desde hace dos décadas en el Centro de
Investigaciones
Antropológicas
de Guayana (CIAG), nos han permitido el
estudio
psico-socio-etno-discursivo
de diversos aspectos de la realidad cotidiana
local,
llegando a comprender que las cosas obvias, evidentes, banales, que
observamos
día tras día, lejos de ser
aburridas,
contienen un
trasfondo
de
complejidad
sumamente rica, que acaece en el mundo de vida de las
personas.
l.
¿Q,ri:
ES EL IMAGI!'iARIO C:OLiiC:TIVO?
El imaginario es una dimensión social fundacional de la realidad humana
que
supone la capacidad creativa de invención de formas y sentidos que
permiten
instituir relaciones de orden y
des-orden
distintas a lo "natural". El imaginario no
es lo opuesto a lo real, sino la
condición
misma de su posibilidad, en tanto integra
aspectos intangibles (imágenes, representaciones, ideales, utopías deseos, etc.),
IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
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de la realidad social compartida por un colectivo humano específico, en un
tiempo-
lugar determinado. El imaginario colectivo es definido como un magma, un
magma
de
significaciones fundamentales
y
fundadoras
de
significación
(Castoriadis,
1993). Entender el imaginario colectivo supone no solamente referirse a
las
imágenes en tanto en cuanto
representaciones
posibles del
mundo". Significa
también referirse a la
cristalización
de aspectos que, si bien son
significativos,
no toman como anclaJe, la lengua, el signo lingüístico, sino que se iconizan.
El
imaginario en tanto se afianza, se configura, se consolida, se coagula, en
íconos,
en
construcciones
de imágenes de diverso género (acústicas, imágenes
ópticas,
imágenes cenestésicas), representa entonces una opción social alternativa, para
estructurar al mundo en ausencia de la palabra. En este sentido, el
imaginario
implica un nivel de
significación
abstracto, siendo que las imágenes no apelan
al
discurso, a la enunciación. No obstante, para describir lo imaginario,
comunicarlo,
se requiere del recurso del lenguaJe. Es entonces, cuando se inventan
las
metáforas del
mundo.
Las metáforas son estos
JUegos
de palabra que construyen imágenes
habladas
que al principio parecen fabulosas, surrealistas, curiosas o grotescas; ellas
pueblan
el mundo discursivo cotidiano, verbigracia la hoja de la puerta", "el cristal con que
se
mira,
"la alegría del mundo", 'la raíz cuadrada de nueve", etc. Estos
juegos
imaginarios de la palabra son fundamentales,
indispensables,
hasta el punto
que
todo lo que hacemos para describir o explicar el mundo recurre,
necesariamente
a la metáfora, verbigracia "la fuerza de la costumbre nos hunde en la rutina",
"el espectáculo de la vida, devuelve la fe en Dios", "velocidad es igual a
espacio
sobre tiempo"... De tal modo, la metáfora es una
construcción
discursiva que
se
alimenta del (y alimenta a su vez al) imaginario, en la medida en que para
describir
una cosa, recurrimos siempre a otra
cosa.
Esto hace pensar que el imaginario (en tanto que dimensión) y la
dimensión
simbólica, se generen una a la otra y viceversa, en una suerte de
simultaneidad
constitutiva
de la realidad. Habría, pues, una
coalescencia
de lo
simbólico/
12 Sin
embargo, conviene
también citar la
advertencia
de Lizcano (2006,
p.
54), para quien
"lo
imaginario
no es
susceptible
de definición
-ya
que
este-
(
.
..) excede cuanto de él
pueda
decirse pues es a partir de él que puede decirse lo que se dice. Por eso, al
imaginario solo
puede aludirse por
referencias indirectas, especialmente mediante metáforas
y
analogías".
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REFLEXIVO
S.· ,'ri 'A?:
ISSN:
imaginario. Esto JUstamente, permitiría una
tridimensionalidad
que inscribe la
realidad entre lo real, lo simbólico y lo
imaginario.
2.
I\i'Sf'ECTO
A LAS
IIJiiNTIIJAIJiiS
SOC:IAI.IiS
En
psicología,
el concepto de identidad social ha sido definido como
el
conocimiento consciente que los individuos tienen sobre su pertenencia a
uno
o más grupos específicos, así como el significado emocional y valorativo
que
esto tiene para ellos
(TaJfel
y Turner, 1979). Pertenecer a un grupo
determinado,
propiciaría en el individuo una identidad social que deriva de la evaluación positiva
de sus atributos en
comparación
con otros grupos. Por su parte, Ciampa (1990),
define este concepto como un proceso de
construcción
a lo largo de la vida de
los
individuos, desde que se da un nombre al recién nacido. La identidad
implicaría
relaciones sociales (parentesco, filiación, familia, etnia, Estado-nación, grupo o
clase social, etc.) y sería la estructura social la que procuraría los patrones de
identidad existentes en un determinado
contexto.
Desde nuestra perspectiva, proponemos abordar la identidad social a
partir
de la díada conceptual: nostredad y otredad. en tanto
procesos-productos de
confección colectiva de los tejidos semánticos que permiten delimitar las vestiduras
identificatorias
tanto del grupo de referencia (nostredad), del cual se nutre el
Yo
discursivo del sujeto, como también la alteridad de aquel
"Otro-diferente-que-
yo"(otredad), cuya externalidad se opone como
"obJeto" aJeno,
extraño,
impropio
(d'Aubeterre, 2007). Nostredad y otredad hacen parte del sentido común
colectivo y
preexisten histórica y culturalmente al individuo, pero se reelaboran y
modifican
en
las
producciones
discursivas cotidianas de la gente, como experiencia de
límites que garantizaría a cada cual ocupar un lugar identificatorio
relativamente
estable dentro de las movedizas relaciones
psicosociales
de conflicto,
empatía,
colaboración,
rechazo, atracción,
solidaridad
agresión, etc., que individuos
y
grupos,
despliegan.
Las
producciones
discursivas que configuran las identidades sociales,
se
dan a partir de las prácticas de habla cotidianas
(conversaciones
de
vecinos,
chistes
y
dichos populares, comentarios y opiniones de prensa y TV,
canciones,
conocimientos, informaciones, etc.), que al referirse a los otros (otredad,
por
IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
REFLEXIVO
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eJemplo.·
"la gente de Puerto Ordaz") o al nosotros (nostredad, por
ejemplo:
"la gente de San Félix"),
circulan, enriquecen, transforman progresiva e
históricamente,
las diversas
identidades
que existen dentro de un
colectivo
en un determinado momento de su historia local o nacional. En este sentido,
las identidades sociales son
productos/procesos
dinámicos, cambiantes,
con
profundo anclaje histórico, socio-político, cultural, específicas de cada mundo de
vida particular. Las identidades sociales también constituyen y hacen parte
del
imaginario
social/colectivo
y del sentido común local, ya que ambos se
nutren
también de las representaciones, imágenes (visuales, sonoras, olfativas, afectivas,
cenestésicas, etc.), símbolos, íconos que diferencian, marcan y constituyen
parte
del universo definitorio de las identidades de unos y otros. Así, pues, es
común
en los grupos
autoasignarse, autorepresentarse
o
proyectarse grupalmente
mediante símbolos o
representaciones
(sellos, fotos, imágenes, etc.),
asociados
al lugar de pertenencia, o bien a algunas
características
del grupo mismo. Todo
ello nos habla de una
complejidad
en la cual se entrecruzan aspectos
simbólicos,
imaginarios y reales, asociados a la construcción, invención y renovación de
las
identidades
sociales.
3.
¿Y
QUÉ HAY DEL SENTIDO
COMúN?
El sentido común constituye tanto un
proceso-producto
de
hermenéutica
social, como una
comunidad
de
sentidos semánticos compartidos
por
un
grupo humano que posee lengua, historia y territorio propios, dentro de
cuyos
parámetros se inventa la vida cotidiana de la gente en un lugar y tiempo
históricos
determinados. El sentido común es, pues, una dimensión trans-discursiva
cargada
de la sedimentación de sentidos que palabras y expresiones populares han
ido
y
continúan atesorando, adecuando y transformando a lo largo de la
historia,
asimilando y adaptando materiales tan diversos como: afirmaciones
oficiales,
JUicios
y dogmas teológicos, saberes, historia, chistes, juegos, chanzas,
chismes,
noticieros, canciones, propaganda política, publicidad, etc. (D'Aubeterre,
2003,
p.179). Individuos, grupos, medios e
instituciones, participan
de una
profusa
actividad colectiva de
producción
de ob¡etos intangibles (significaciones,
ideas,
creencias, representaciones,
afectos, mitos, valores,
fantasmas, imágenes,
IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
REFLEXIVO
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ideología... ), que conforman el sentido comúnl? y son vehiculados por las
hablas
de la gente con la intención de dar coherencia, credibilidad y consistencia a la
realidad misma que se está
construyendo.
DI'v!ENSH)N SOCIO-POLÍTICA DE LA COTIDIANIDAD
¿Cómo
podemos comprender
lo social?.. Desde la
cotidianidad,
de
las
prácticas del mundo de vida de las personas. ¿Cómo analizar lo político?.. A
partir de las formas como los individuos, ciudadanos y grupos, interactúan
en
sus respectivos espacios (públicos y privados), en sus respectivas
comunidades
(condominios,
urbanizaciones,
barrios, empresas, clubes, iglesias,
partidos).
Desde estos escenarios, es posible comprender la participación social, política:
sus aciertos, fracasos, conflictos y
contradicciones.
¿Cómo es posible
analizar
la influencia de la gente en el juego socio-político que, a la postre,
confecciona,
elabora,
los
procesos históricos trascendentales?.. Desde
las
prácticas
consuetudinarias
de los mundos de vida de la gente. Justamente, esta es
buena
parte de la problemática dentro de la cual todos nos encontramos imbuidos: allí
nos encontramos constantemente, a menudo sin
saberlo.
En la
cotidianidad,
todos estamos
confrontados
a los hechos
menudos,
a los hechos de vida, a los accidentes fortuitos, a los imprevistos todo
ese
encadenamiento
de fenómenos que ocurren, que acaecen en la vida de
las
personas y que conllevan la mayor cantidad de energía, la mayor
disponibilidad
de tiempo de la gente, no solo para resolver los problemas básicos
(alimentación,
seguridad, transporte, educación, afectividad), sino para crear las
condiciones
mínimas de vida en equilibrio consigo mismo, con los demás y el medio ambiente.
Trátese pues, de una compleja, intrincada, profusa red de relaciones que
se
va estableciendo incluso desde mucho antes de nacer, aunque parezca
curioso.
¿Por qué?.. Porque antes de nacer, ya los padres insertan al niño (a través de lo
que piensan, imaginan, fabulan, una vez que la madre sabe que está embarazada),
13 En este caso, nos
focalizamos
en el sentido común de los
habitantes
de Ciudad Guayan a,
cuya
historia es atípica dentro del contexto
histórico
de las ciudades en Venezuela. Ella
emerg
de un
proyecto
oficial del Estado
venezolano:
el Plan Guayan a, en la cada de los 60,
tras
derrocar la
dictadura
del Cnel. Marcos Pérez Jiménez. durante el mandato
presidencial de
Rómulo
Betancourt
y gracias a la creación de la
Corporación
Venezolana de
Guayana, que
planificó
y ejecutó los
proyectos urbano-industriales
de dicho
Plan.
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GuA·;..I ;..
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dentro de las
dimensiones
sociales simbólica e imaginaria (imaginario
colectivo,
tradiciones familiares). Las cuales a su vez, a lo largo de la historia de
cada
cultura, han sido modeladas por lo que el grupo, la tribu, la comunidad, el
barrio,
la familia, los vecinos, la tradición, los medios, las instituciones, el sentido
común,
prescriben en tanto roles,
asignaciones,
atributos potenciales, etc.
En la medida en que el niño
comienza
a hacer parte de la
construcción
discursiva de los relatos familiares, chismes, comentarios de la madre y su madre,
las madres del vecindario en el barrio, los padres, la familia, los hermanos,
los
tíos, los abuelos... Ya el niño comienza a tener un espacio de vida social antes de
haber nacido. Un espacio que lo introduce en la dimensión simbólica,
imaginaria
y cultural del grupo, en la cual él va a tener pleno asiento mucho más
tarde,
después de nacer, en su proceso de
socialización.
A menudo hacemos parte sin saberlo, de redes de relación en las
cuales
tenemos una serie de
prescripciones,
expectativas por parte del grupo y de la
sociedad. Y ello en función de niveles de escala. Es decir, nuestra primera
relación
con lo psico-social proviene de esa fundamental vivencia de relación
estrechísima
bio-psico-afectiva
con la madre, la cual está soportada por una relación
más
incluyente de tipo familiar la cual a su vez se soporta en redes de
relaciones
grupales que la conectan con formas y modos, estructuras de relación
familiar
compartidas por todas las familias del grupo, la comunidad, la tribu, el barrio,
el
pueblo, la región, la nación .. Y todas estas redes de relación están
concatenadas
a otras instancias mucho más abstractas, tales como: instituciones
educativas,
religión, alcaldía, gobernación, ministerios, Gobierno nacional. Esta
intrincada
interconexión de relaciones incluye tanto lo oficial como lo informal (grupo de
pares, vecinos, amigos, panas, la banda, los amigos del club, la esquina o la
plaza). De todo este magma de relaciones, afectos, símbolos,
significaciones,
imágenes,
representaciones
de la realidad, emergen las categorías de
análisis
propuestas imaginario colectivo, sentido común e identidades
sociales.
SOBRE LAS
ORGA;-¡rzACIONES
SOCIALES
Ahora bien, cabe preguntarse ¿para qué nos sirve todo esto, de cara a lo
que
son las
organizaciones
de los ciudadanos? .. Nos sirve para tratar de
comprender
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REFLEXIVO
S.· ,'ri 'A?:
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meJor
la riqueza y compleJidad de los procesos sociales que se dan en los
mundos
de vida de las personas, en las relaciones cara a cara, entre grupos
sociales
organizados
desde la sociedad civil, las comunidad, etc., versus (a
menudo
"versus"), o de común acuerdo, con las instituciones del Estado: de los
Gobiernos
nacional, regional y/o local. A veces, estas relaciones son ora armónicas, ora
tirantes; en todo caso, son relaciones de poder, que suponen acciones,
luchas,
forceJeos,
intereses opuestos e intercambio de cuotas de poder que se conquistan,
asignan o retiran, y tienen efectos de dominio, toma de decisiones,
defensa,
imposición, etc., que o propician o impiden, la cohesión, la convivialidad, la meJora
en la relaciones
interpersonales
y en las
condiciones
materiales y espirituales de
vida de las personas y sus
comunidades.
Muy recientemente, desde hace unas tres décadas, comenzó a germinar
un
proceso organizativo vecinal en la sociedad civil venezolana. Las
asovecinos
(asociaciones
de
vecinos), configuraron
un
fenómeno
básico a raíz de la
descentralización
del Estado iniciada en los años 90. Este fue un proceso
clave
para edificar espacios de discusión pública comunitaria y establecer
diagnósticos
situacionales, análisis y propuestas
consensuadas
que dieran solución
eficaz
a los problemas críticos de cada comunidad. A partir de allí fue gestándose
el
aprendizaJe colectivo de la cogestión de los bienes públicos y la
organización
socio-política
en/desde/para las comunidades. Acá en Ciudad Guayana,
ello
comenzó a partir de 1998, con el proceso de
'descevegización'
de la ciudad
y
la primera elección directa de la figura del alcalde (hasta entonces inexistente)
y
del
gobernador
del estado Bolívar;
implicando
una
transformación
en
las
relaciones entre la colectividad y el poder local, mediante la
municipalización
y
parroquialización
de la ciudad (una iniciativa del entonces alcalde
Clemente
Scotto). Esta última y las
asociaciones
de vecinos significaron la formación de
un
nuevo liderazgo popular, cuyos orígenes, quizás, estaban entremezclados con
los
partidos políticos (en tanto escuelas de formación cívico-ideológica). No obstante,
fue en/desde la comunidad donde dicho liderazgo encontró el músculo social
y
la legitimidad política, que permitió a las asovecinos emerger como
interlocutor
válido en los procesos de
negociación
con el poder político institucional
en
alcaldías,
gobernaciones,
asamblea legislativa estada!. CVG, ministerios y
otras
instancias que han ido surgiendo desde el poder
gubernamental
en las
últimas
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;·A S,· ,'ri 'A?:
ISSN:
décadas. Este proceso ha tenido continuidad durante los periodos
presidenciales
del presidente Hugo Chávez Frías, con su proyecto de
transformación
de la
estructura
socio-económica
y política del Estado:
'socialismo
del siglo XXI".
Se
ha introducido cambios no solo de
denominación
(de asovecinos a
consejos
comunales), sino también de estatus. Si bien en la práctica no se nota mucho,
la Ley de ConseJos Comunales introduJo una
modificación
substancial del
nivel
de
participación
de este ente comunitario con respecto a las otras instancias
del
poder
gubernamentalsubiendo
de categoría y asumiendo una figura
jurídico-legal
clave del ahora llamado poder popular y en lo que sería la "nueva geometría
del
poder'. Los consejos comunales serían el último peldaño una nueva estructura de
gobierno central, integrándose a las comunas, estas a su vez,
reconfigurarían la
geografía política del país, en un proceso paralelo, distinto al que hemos
conocido
y al establecido en la
Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela de
1999, cuya distribución geopolítica es de 26 estados y cuya forma de
gobierno
federal es democrática. Esto cedería su lugar a otra estructura de poder en
donde
los conseJos
comunales
JUgarían
un rol eJecutorio de las políticas
directamente
emanadas del presidente de la república. En medio de este dinámico, tenso
y
contradictorio escenario
socio-político-ideológico,
se despliega la acción cotidiana
local y nacional de las
organizaciones
de los
ciudadanos.
En este sentido, las
organizaciones sociales, comunitarias,
civiles,
son
agentes socio-políticos legítimos indispensables,
cuya
actuación
está
en
función de preservar, consolidar y ampliar las adquisiciones, logros y
beneficios
históricamente obtenidos a partir de luchas y reivindicaciones pasadas y presentes,
en un juego de relaciones de poder actuales entre, por un lado: los aparatos
del
Estado, los aparatos productivos, los medios de
comunicación,
los
sistemas
de control y represión social, y por otro lado, la sociedad misma, es decir:
los
individuos, los ciudadanos, las
comunidades,
que llegan a tomar consciencia de
mismos, de sus posibilidades de negociar y disputar parcelas de la realidad
con
respecto a los otros actores sociales. Ello, en la medida en que llegan a agruparse,
organizarse y tomar consciencia plena de cuáles son las reglas del juego social,
cuáles son los derechos, los deberes, las
posibilidades
alternativas, las
relativas
flexibilidades, los grados de libertad, a los cuales es posible acceder Esto
acarrea
el entendimiento crítico de los
JUegos
de poder, la
intencionalidad
de los
actores
IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
REFLEXIVO
;·A S,· ,'ri 'A?:
ISSN:
socio-políticos participantes
en dichos juegos y las
expectativas/utopías que
propician la invención de lo sociaL la invención de la realidad social
compartida.
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IMAGINARIO COLECllVO, SENTIDO COMÚN E IDENllDADES SOCIALES: UN TRIÁNGULO
REFLEXIVO
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