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2013
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238 PP
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De la hegemonía comunicacional
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periodismo
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Todo nuevo Gobierno en los ámbitos legislativo, ejecutivo y judicial, imprime
a su accn la esencia del dogma potico que lo sustenta. Pero cuando se trata
de un cambio de sistema de gobierno, el propósito va más allá: reingeniería total,
eliminar todo elemento de identidad anterior y crear una identidad nueva. Se trata
de construir una nueva historia, con nuevos valores y nuevos referentes, en todos
los escenarios de la vida nacional.
Al efecto, son indispensables 3 mecanismos: el primero, una nueva arquitectura
jurídica que legitime las acciones de gobierno. Con especial soporte en el sistema
judicial, como persecutor y castigador.
El segundo, un nuevo hombre consustanciado con la nueva patria. En este,
es imprescindible reconceptualizar el sistema educativo y sus contenidos para, a
partir de al, desarrollar toda una plataforma funcional de cambio de mentalidad,
a fin de obtener un ciudadano para quien la historia comience a partir de esa
revolucn.
El tercero, un control total del sistema de comunicacn blica (hegemonía
comunicacional) que no permita que el ciudadano tenga acceso a la pluralidad
informativa.
DE LA AL LIBRE
ISSN:
Este sistema tiene 7 metas que son verdaderos símbolos de la
antipolítica
1. Que el ciudadano no pueda contrastar criterios diversos e identificarse
con
los que más le interesen y, en
consecuencia,
no desarrollar los
propios.
2. Que el ciudadano internalice el dogma que persigue al hombre nuevo.
Ello es fundamental para la sobrevivencia del nuevo sistema de
gobierno.
3. Neutralizar la independencia intelectual de los ciudadanos y
convertirlos
en
multiplicadores
de un único mensaJe.
4.
Progresivamente desarrollar dependencia
del
emisor
Por
analogía,
pudiéramos
afirmar que es una especie de síndrome de Estocolmo
para
sobrevivir, debo depender de mi
captor
5. Desarrollar códigos de miedo para mantener al ciudadano
desmovilizado.
Es decir, no opinar, no movilizarse, no votar o hacerlo por quien
representa
el
'proceso
de cambio".
6. Polarizar a la sociedad entre buenos y malos, pobres y ricos,
patriotas
y apátridas, para romper con la
idiosincrasia
que
históricamente en
Venezuela ha estado caracterizada por el encuentro, la solidaridad
social
y la
hermandad ciudadana,
por solo
mencionar
3
características. El
propósito no es otro que evitar que los ciudadanos puedan buscar
puntos
de encuentro para hacer contrapeso político a la instauración de un
régimen
socialista, que no es precisamente el sistema histórico de gobierno
en
el que los
venezolanos
hemos construido con profundo arraigo nuestra
identidad
nacional.
7. Desarrollar sistemas paralelos de
comunicación,
con el eufemismo de
medios alternativos o periodismo ciudadano,
maneJados
por no periodistas,
con el argumento de la democratización de la información. Estos sistemas,
son violatorios del artículo 105 constitucional y del artículo 2 de la Ley de
EJercicio del Periodismo. Es decir, del principio de
legalidad.
DE LA AL LIBRE
ISSN:
HECEMO!'iÍA C:O:VIUNICAC:JO;-;AL
Desde la implantación de esa política pública, Venezuela transita su
vida
ciudadana
en un marco de excesiva
contaminación
política y de
profunda
polarización
social. Allí se inscribe la hegemonía
comunicacional
como
una
estrategia política que resulta de la
necesidad
de cambiar la mentalidad
del
pueblo para lograr su integración en un proyecto revolucionario. Esta
hegemonía
es
imprescindible
para construir a Venezuela en una sociedad socialista,
dejando
atrás la
personalidad
que identifica a su pueblo.
La idiosincrasia ha sido el resultado de procesos históricos de
socialización
complementarios
entre (en la familia, lo académico, lo cultural, lo religioso, lo
político y lo
comunicacional,
entre otros).
En ese sentido la libertad de expresión y de acceso a la información,
desarrolló
un sistema de prensa libre como valor social que ha ido
evolucionando en
función de las nuevas tecnologías y las exigencias propias de la
globalización
comunicacional,
en los diferentes estratos
sociales.
El Gobierno está construyendo un régimen socialista en razón de un diagnóstico
según el que 'el capitalismo es la causa de los males que
aqueJan
a la sociedad".
Por ello, la nueva
concepción
del Estado trata de imponer su hegemonía; en
el
caso que nos ocupa, sobre los medios de
comunicación.
Esto, tanto en el
control
de los contenidos como en la plataforma
tecnológica.
En sintonía con esa política pública, el lunes 8 de enero del 2007 el
entonces
Ministro de Información y
Comunicación,
y presidente de Telesur, Andrés
lzarra,
afirmó que "El socialismo necesita una hegemonía comunicacional. La hegemonía
en los medios es un instrumento necesario para la
revolución.
Y agregó que "Sí,
vamos a una hegemonía
comunicacional.
¿Y
qué?"
En tal sentido, para el Gobierno el escenario nacional es una lucha en
el
campo ideológico, sustentada en "una batalla de ideas por el corazón y la
mente
de la gente", a decir de lzarra en ese momento, quien añadió "Hay que
elaborar
un nuevo plan y el nuestro es la hegemonía
comunicacional
e informativa
del
Estado. Construir hegemonía".
DE LA AL LIBRE
ISSN:
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DE LA AL LIBRE
ISSN:
Según el
Observatorio
Venezolano de Medios, desde el punto de
vista
cuantitativo, el Gobierno controla
directamente:
6 televisaras nacionales (1 para América Latina).
168 emisoras de radio.
300 radios
comunitarias.
72 televisaras
comunitarias.
18 periódicos entre comunitarios y no
comunitarios.
200 portales, páginas web y
blogs.
1 satélite.
A pesar de esa cantidad de medios que pretenden una mayor audiencia
al
mensaje revolucionario, para el doctor Marcelino BisbaL reconocido
investigador
de la
comunicación,
"Los datos que manejamos de empresas dedicadas a
medir
audiencias, indican que en este momento el rating de VTV no supera el 5%.
El
de TVes, que ocupa la frecuencia de RCTV, no llega al 2,5%. Vive TV no
supera
el2%.
Es decir, en conjunto no llegan
al10%
de la audiencia. Y en el caso de
las
mediciones de lectoría de periódicos comunitarios, el 75% de la población no lee
un periódico
comunitario".
El otro propósito de la hegemonía comunicacional, es aplicar permanentemente
restricciones
a la
libertad
de
expresión
y de acceso
-también libre-
a la
información. Es por ello que desde el poder público, están en práctica las siguientes
acciones
político-persecutorias:
1. Las
cadenas presidencias obligatorias,
que no
respetan
el
derecho
constitucional del receptor a no escuchar, ni ver a quien no quiere.
2. Los severos y recurrentes obstáculos para acceder a la fuente
informativa
gubernamentaL
3. El cerco económico a través del control de la publicidad oficial, vedada a
los medios no afectos al proceso revolucionario, así como las
constantes
DE LA AL LIBRE
S.· ,'ri 'A?:
ISSN:
presiones
gubernamentales
a los anunciantes para que no publiciten
en
los medios
disidentes.
4. La sistemática represión contra los voceros de la oposición,
especialmente
contra los 'anclas" en la radio
y
la TV, contra columnistas y
periodistas,
no afines al fundamento filosófico del
Gobierno.
5. Juicios civiles y militares en contra de periodistas y medios de comunicación.
6.
Expedientes administrativos
contra televisoras y
radioemisoras privadas,
con sanciones
multimillonarias
y
cierres.
7. Cierres de medios de comunicación, vía
Seniat.
8. Allanamiento a
periódicos.
9. Bombas incendiarias contra televisaras y
diarios.
1
O.
Diatriba constante contra los medios y los periodistas, agresiones
físicas
y
verbales.
11. Censura a los medios, vía decisión judicial, de informar acerca de la
gestión
que afecte la imagen de eficacia que desea proyectar el poder
público.
UNA
SOCIEDAD
POLARIZADA
La crisis que vive hoy la sociedad venezolana, se expresa con las
posturas
polarizadas en torno a la "revolución bolivariana'. Para ello, desde los
diversos
órganos de gobierno, se utiliza un lenguaje de
descalificación,
de amenaza, de
violencia, contra quien no desarrolle identidad con el "proceso". 'Golpista, apátrida,
el que no está conmigo es contra mí, maJunche", así como violencia
física,
son algunas de las expresiones que a diario lesionan la
condición
ciudadana
y
desarrollan en profundidad una política de Estado, con fundamento en el odio
y
la
fragmentación social.
Esa dramática polarización instalada en el ADN venezolano, también se ha
refleJado en los medios de comunicación, que han participado activamente
en
muchos casos como catalizadores de los enfrentamientos. La polarización,
en
DE LA AL LIBRE
S.· ,'ri 'A?:
ISSN:
este tiempo de "revolución", ha cerrado espacios para el debate. Las
pantallas
de televisión han sustituido a las plazas como espacios de debate. Desde la TV,
se define la agenda política del país.
¿Los medios deben
mantenerse
al margen de la vida política del
país?
Es importante destacar que los medios de
comunicación,
desde la Grecia de
Aristóteles, son actores políticos por excelencia. La agenda de los medios
tiene,
forzosamente, que ser la agenda de la gente. En toda sociedad cuando por acción,
omisión o distorsión de la acción ciudadana se producen vacíos políticos,
los
medios han suplido esa
responsabilidad
y convertido en el espejo de la
conducta
colectiva.
En su propósito hegemónico, el poder público fija la agenda nacional. Es decir,
en los medios debe refleJarse lo que el poder público ha determinado que
debe
ser discutido en el país. Cuando eso no ocurre, porque cada medio responde a
una línea editorial, entonces se genera el contrapeso informativo que rompe
ese
esquema de hegemonía
oficial.
Por eso cuando el poder público en su propósito de deslegitimar, satanizar,
criminalizar y tratar de llevar a los medios a una condición moral y pública inferior,
lo que realmente hace es enviar dos mensajes muy
claros
1. Cualquier ciudadano que utilice los medios de
comunicación
para exigir,
criticar o castigar al Gobierno que no satisface las
necesidades colectivas
consagradas
como derechos en la Constitución, expresa una
conducta
deplorable, contraria
al proyecto
revolucionario.
Por tanto, debe
ser
perseguido y
sancionado.
2. Los medios cuando tienen independencia editorial no son
interlocutores
válidos, porque "el proceso revolucionario en su propósito de proteger a la
población de contenidos dañinos", está obligado a evitar que la
ciudadanía
sufra por la "perversa acción capitalista y
desestabilizadora
de los
medios
de comunicación". En
consecuencia,
son enemigos del
proceso.
En el primer caso, se persigue la
desmovilización
colectiva. En el segundo,
se persigue la autocensura de los
medios.
DE LA AL LIBRE
S.· ,'ri 'A?:
ISSN:
Es importante destacar que la censura ejerce un efecto corrosivo. En
los
medios, porque intimida y distorsiona el periodismo responsable y crítico. En
los
usuarios de los medios, porque hace más complicado acceder a la
informacn
veraz y oportuna. Y en el conjunto de la sociedad, porque se continúan
demoliendo
los derechos democráticos. "Censura que algo queda", parece ser la orden. Y lo
que queda se acumula en perjuicio de los
venezolanos.
En ambos casos, el elemento común es el miedo inducido desde los
múltiples
frentes emisores, ubicados en cada uno de los poderes
públicos.
En este sentido, la libertad de prensa es un concepto
cuantificable. En
Venezuela se mide en 300 juicios, 100 de ellos en el último año, contra
periodistas
o medios; 84 alertas de atentados contra la libertad de prensa ocurridos en
los
últimos 36 meses; 80
procedimientos
abiertos contra un solo canal de televisión
y
otros contra televisaras y emisoras de radio; periodistas con 3, 4 y hasta 10
juicios
en proceso, 6 asesinados,
caricaturistas
perseguidos, más de 1.200
agresiones
a periodistas y medios, y 1 canal de televisión
cerrado.
Esta realidad exige repensar la democracia a través de la labor de los medios
y
de los periodistas. Ante ese par de mensajes, ante la polarización más
perniciosa
que recuerde la historia del país, no se puede ser imparcial y menos en el
ejercicio
del
periodismo.
Ese ejercicio debe perrnitir las misrnas
oportunidades
para que todos
los
actores puedan expresar sus puntos de vista y aportar, desde su posición,
las
necesarias y variadas visiones que exige toda democracia; especialmente
cuando
se trata de sustituirla. Es decir, el periodismo a través del contraste equilibrado de
ideas debe ser garante de la pluralidad política, como sustento de la
democracia.
El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el
artículo
13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, los artículos 57, 58 y
108
de la Constitución, la Ley de Ejercicio del Periodismo y el Código de Ética
del
Periodista, hacen hincapié en la necesidad de que los principios de
imparcialidad,
equilibrio y pluralidad, sean el norte del periodismo en momentos de crisis, en la
cobertura de temas
conflictivos.
DE LA AL LIBRE
S.· ,'ri 'A?:
ISSN:
Es
imprescindible
que para
recuperar
una
sociedad
en la que
nos
reencontremos, el primer paso sea desarmar la palabra, recuperar el
periodismo
de opinión, el de investigación, y las prácticas periodísticas de calidad. El propósito
debe ser que medios y periodistas entiendan y asuman que su trabajo es la
mediación social en favor de la reconciliación. Porque aun para una
sociedad
en crisis, sería inadmisible una democracia sin medios de
comunicación libres.
¿(2.\:io
I!AC:ER?
Reconceptualizar la democracia nos permitirá salidas a la crisis. Pero
debemos
hacerlo a partir del urgente análisis del papel desarrollado por los medios y
los
periodistas.
Hacerlo con la mirada puesta en la forma como los
ciudadanos pueden
participar para revertir esta indeseable y destructiva manera de hacer
política,
que carcome los cimientos del sistema de libertades que nos negamos
con
vehemencia a perder.
Hacerlo entendiendo que ciudadanos somos todos los habitantes del
país
que, desde sus creencias políticas, tenemos la intención de aportar para toda
la sociedad en su conJunto de
diversidades
(culturales, sociales, políticas) que,
necesariamente, tienen que coexistir en un consenso mínimo.
La gente a diario pide s
explicaciones
de las decisiones del
Gobierno.
Está más ávida de contenidos formativos. Insisto, es
imprescindible
recuperar
el
periodismo de opinión y el de investigación. Cada día el país exige la
elaboración
-sin miedo-
de contenidos informativos de calidad, que contribuyan a
formar
ciudadanos políticamente activos para el eJercicio del control social.
Como corolario es importante resaltar que las
violaciones
a los
Derechos
Humanos son
imprescriptibles
y tienen carácter
internacional,
por lo que
el
amparo que actualmente el Estado venezolano está haciendo a este tipo
de
expresiones de odio, no es garantía de impunidad y que llegará el momento
en
que los responsables deberán rendir cuentas a la
JUsticia,
nacional o internacional,
tal como ocurrió con los directivos de la Radio y Televisión de Ruanda,
estación
DE LA AL LIBRE
S.· ,'ri 'A?:
ISSN:
que impulsó la guerra fratricida de esa nación, y que en el 2003 fueron
juzgados
y condenados por un tribunal de las Naciones
Unidas.
LA
j\ISTIC:IA TARDA Plii<O LLECA
Venezuela hoy es un país de miedos. Hay miedo a opinar, a reclamar, a
exigir
que se cumpla la ley. Pero también hay miedo a que sigan pasando cosas y
nada
ocurra. Lo peor de todo es que el miedo desmoviliza, al
desmovilizamos nos
resignamos; y la resignación, es un suicidio colectivo diario. Sobrevivimos en
un
país entre miedos y cuando los ciudadanos permitimos que el miedo nos invada,
estamos entregando la
democracia.
Los periodistas y los medios, ¿cómo podemos contribuir a recuperar el
país?
La democracia necesita de manera imperativa del periodismo libre,
equilibrado
y
valiente; pero también sereno y profundo. Fernando Savater ha
señalado
que: "Cuando la democracia está en peligro el primer deber del ciudadano
es
defenderla".
En igual sintonía, el
comunicado
del Colegio Nacional de
Periodistas del
pasado 22 de marzo expresa "A nuestros colegas les decimos que a pesar
del
peso de la coacción ejercida desde las alturas del poder, nuestra profesión
nos
impone priorizar el interés del pueblo venezolano por encima de cualquier otro".
DE LA AL LIBRE
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