adaptarse. El quinto capítulo toca el
papel que representó a los hongos en la
evolución de las plantas; cómo estos
ayudaron a que las plantas colonizaran a
la tierra y cómo las relaciones
simbióticas fueron esenciales para el
desarrollo de la vida vegetal. El sexto
capítulo explica a las redes de micorrizas
que conectan árboles y demás plantas,
que facilitan el intercambio de nutrientes
entre las especies, ayudan a resistir
enfermedades y a recomponerse por el
estrés ambiental. El capítulo 7 explora el
potencial que poseen los hongos para ser
aplicados en la medicina y la agricultura,
ya que estos pueden descomponer
contaminantes, mejorar la salud del suelo
y producir antibióticos. El último
capítulo es una reflexión sobre el
impacto de los hongos en el mundo y en
nuestra comprensión de este; nos invita a
imaginar cómo los hongos nos pueden a
desarrollar una relación más sostenible
con la naturaleza.
El libro cuenta con una gran variedad
de ilustraciones y fotografías en donde se
representan hongos y otras estructuras
microscópicas que ayudan a visualizar
ideas, estructuras y relaciones descritas
por el autor. Este libro es como estar en
un hermoso viaje lleno de calma, al tratar
de hongos las personas creerían que será
un libro complejo y técnico, pero la
realidad es totalmente diferente. Este
libro fue escrito pensando en que fuera
leído por todo tipo de público, y esto
queda totalmente claro a la hora de
leerlo. La visión y redacción del autor
transmite paz y asombro por todas las
cosas que se pueden llegar a desconocer
y ahí se encuentran explicados tan
natural y sencillamente, lo que lo hace
atractivo a un amplio público. La
principal utilidad de este libro es
despertar la conciencia sobre la
importancia de los hongos y su papel en
la salud de nuestros bosques y nuestro
planeta. Sheldrake nos invita a apreciar
la belleza y la complejidad de estos
organismos a menudo ignorados o
destruidos, y a protegerlos para
garantizar un futuro sostenible.
“Cualquier relato del mundo viviente
que no incluya a los hongos, es un
relato de un mundo que no existe”.
(Merlin Sheldrake, 2020).
Mientras nos adentramos en la
lectura, nos podemos dar cuenta de que
los hongos son mucho más que simples
organismos; son ingenieros de suelos,
arquitectos de ecosistemas,
comunicadores y, según Sheldrake,