tratamientos específicos para la adiposidad
localizada. Desde la liposucción, pasando por
la radiofrecuencia, ultrasonidos,
hidrolipoclasia criolipolisis, infiltración de
fármacos, cavitación y otros tratamientos
menos o más invasivos, hombres y mujeres
de estas últimas generaciones, a nivel
mundial, históricamente hablando, han
acudido a aquellos para solventar de alguna
manera un problema de salud que al final,
más que con la salud, los han usado para
solucionar un problema de imagen y
aceptación.
Desde el punto de vista médico se debe
diferenciar el sobrepeso/obesidad de lo que
se identifica como adiposidad localizada. En
este sentido, exceso de peso y la obesidad se
caracterizan por la acumulación de tejido
adiposo en áreas específicas del cuerpo,
incluso en personas delgadas o con un peso
normal. Las acumulaciones, conocidas como
adiposidades localizadas, se encuentran en la
superficie de la cara, tronco, abdomen o
extremidades, y no responden a cambios en
la dieta o ejercicio físico. Histológicamente,
estas acumulaciones consisten en tejido graso
normal, a diferencia de los tumores de partes
blandas que afectan al tejido adiposo (Insua-
Nipoti, Morano, Caballero y Cercós, 2009).
Sin embargo, actualmente, el aumento de los
procedimientos estéticos se debe a la
generación del baby boom que busca retrasar
los signos del envejecimiento, a veces de
manera obsesiva para alcanzar estándares de
belleza y formas corporales ideales; “lo cual
desvirtúa de cierta forma la aplicabilidad de
los tratamientos médicos en la solución del
problema para el cual fueron creados como lo
es la obesidad y/o la corrección de
adiposidades localizadas” (Kilmer S., et al.
2016)
En este orden de ideas, según los resultados
de una encuesta, en el año 2016, los
ciudadanos de Estados Unidos invirtieron
más de 15 mil millones de dólares en la
realización de procedimientos estéticos, tanto
quirúrgicos como no quirúrgicos. Entre estos,
la liposucción se posicionó como el
procedimiento más demandado.
(http://www.surgery.org/media/statistics).
Esto indica, científicamente, que los
procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos
son utilizados exitosamente alrededor del
mundo en la lucha contra la obesidad y la
adiposidad localizada.
A pesar del aumento de tratamientos médicos
para la reducción de la obesidad y la
adiposidad localizada, el problema mismo