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Guayana Moderna Nº 09.
Año 2020
ISSN: 2343-5658
Venezuela en el año 2014, se caracterizaba por ser un régimen híbrido (combinación de
elementos democráticos y autocráticos, que adoptan la forma de democracias populares, con
instituciones que maquillan su carácter autoritario) ocupando la posición 100 del índice de
democracia publicado en el 2015 por The Economist Intelligence Unite, con un puntaje general
de 5,07. A partir del 2017, el régimen de Nicolás Maduro, se desplaza hacia un régimen
autoritario (sistema donde se impone el poder de quien lo ejerce, en ausencia de la construcción
de un consenso participativo, que origina un orden social opresivo, carente de libertad o
autonomía) bajando a la posición 117 en el ranking del índice de democracia, con un puntaje
general de 3,87 y para el 2020 desciende a la posición 143 con un puntaje general de 2,76 de
acuerdo al índice de democracia de la revista The Econ omist Intelligence Unit 2020.
Este modelo autoritario, de acuerdo con Terán (2019), viene presentando una menor
dependencia de los recursos derivados de las actividades económicas, productivas de bienes y
servicios de sus ciudadanos, sino que depende en la actualidad del extractivismo (economía
ilícita) de los recursos naturales (oro, coltán, torio, diamante), por lo que presenciamos la
formación de un extractivismo de trincheras, de posiciones, de feudos, en el cual grupos del
sector militar, gobiernos locales (alcaldías, gobernaciones, etc.), la criminalidad organizada,
grupos armados para-estatales de diverso proceder (nacional e internacional), conforman poderes
particulares (dependiendo del territorio donde se desenvuelvan) y tienen como botín los recursos,
los territorios y la población. Por tal motivo, no existe el interés, del grupo que ostenta el poder
político, en buscar caminos de negociación con los sectores productivos de la sociedad civil y
que mejoren las condiciones económicas del país, agravando la emergencia humanitaria
compleja. Esto, de igual manera, mantiene cerrada una negociación con el sector democrático, ya
que en los actuales momentos no están dadas las condiciones necesarias (no existe una amenaza
que ponga en riesgo la estabilidad del poder) que coloquen en un dilema de seguir resistiendo o
de negociar la salida del poder, esto solo cambiaría si desde la sociedad civil y desde la
responsabilidad del deber ciudadano generamos las condiciones.
Otro elemento que no se puede obviar, en el análisis del tablero político actual, según
Alarcón (2021), es la estrategia que la ha dado resultados últimamente al régimen autoritario de
Nicolás Maduro, que consiste en el diálogo, la represión y elecciones controladas. La estrategia
de la Mesa Nacional de Diálogo, que permitió dividir a la oposición haciendo concesiones a