EL ENFOQUE PENTADIMENSIONAL: PRISMA Y EVIDENCIA DE LA COHERENCIA PARADIGMÁTICA EN LA INVESTIGACIÓN

Gilberto Enrique Resplandor Barreto Centro de Estudios Regionales

Fecha de recepción: 15 julio 2019  Universidad Católica Andrés Bello-Guayana Fecha de aceptación: 30 agosto 2019  gresplan@ucab.edu.ve - gilbertoresplandor@gmail.com

Resumen

Esta  investigación  documental  bibliográfica  tuvo  como  propósito  develar  algunas  aproximaciones teóricas relacionadas con el episteme que sustenta los paradigmas de la investigación social; los elementos propios de cada enfoque paradigmático que le otorgan coherencia y que abarca los basamentos teóricos y los procedimientos, métodos, técnicas, instrumentos y formas de análisis de los fenómenos sociales, que

posibilitan  una  aprehensión  de  la  realidad  cónsona  con  la  cosmovisión  de  los  investigadores.  Para investigar se requiere una orientación paradigmática que, al estilo de la estrella polar, oriente las acciones a fin de culminar con éxito toda indagación emprendida. La exposición de la información inicia con algunas consideraciones acerca de  la generación de  conocimientos en  las universidades a partir de  la  función sustantiva de la investigación en las distintas áreas del conocimiento. Se mencionan algunas clasificaciones de los paradigmas de la investigación y de cómo a partir de diferentes perspectivas, estos son distinguidos unos de otros. Los paradigmas considerados tradicionales: positivismo, interpretativismo y sociocrítico son complementados por el paradigma de la complejidad y las nociones del Enfoque Integrador Transcomplejo o  paradigma  de  la  Transcomplejidad.  Posteriormente  se  hace  una  descripción  del  enfoque Pentadimensional y de la relación entre paradigma y matríz epistémica. Finalmente, se muestra la matríz epistémica de cada uno de los paradigmas identificados. La indagación permitió el reconocimiento de la importancia  de  conocer  con  propiedad  los  paradigmas  de  la  investigación,  los  supuestos  que  los caracterizan  y  las  dimensiones  de  la  matríz  epistémica  como  aspectos  esclarecedores  del  proceso investigativo.

Palabras clave: Paradigmas de la investigación, Coherencia paradigmática, Enfoque Pentadimensional, Matríz epistémica, dimensiones.

Summary

The  purpose of  this  bibliographical  documentary  research  was  to  reveal  some  theoretical  approaches related to the episteme that sustains the paradigms of social research; the elements of each paradigmatic approach  that  give  it  coherence  and  that  encompass  the  theoretical  foundations  and  the  procedures, methods, techniques, instruments and forms of analysis of social phenomena, which allow an apprehension of reality in harmony with the worldview of researchers. To investigate, a paradigmatic orientation is required that, in the style of the pole star, guides actions in order to successfully complete any investigation undertaken. The presentation of the information begins with some considerations about the generation of knowledge in the universities from the substantive role of research in the different areas of knowledge. Some classifications of the research paradigms are mentioned and how, from different perspectives, they are distinguished from each other. The paradigms considered traditional: positivism, interpretivism and sociocritical  are  complemented  by  the  paradigm  of  complexity  and  the  notions  of  the  Transcomplex Integrative  Approach  or  paradigm  of  Transcomplexity.  Subsequently,  a  description  of  the Pentadimensional  approach  and  of  the  relationship  between  paradigm  and  epistemic  matrix  is  made. Finally,  the  epistemic  matrix  of  each  of  the  identified  paradigms  is  shown.  The  inquiry  allowed  the recognition  of  the  importance  of  properly  knowing  the  research  paradigms,  the  assumptions  that characterize them and the dimensions of the epistemic matrix as clarifying aspects of the investigative process.

Keywords: Research paradigms, Paradigmatic coherence, Pentadimensional approach, Epistemic matrix, dimensions


A MANERA DE INTRODUCCIÓN

  1. La Investigación, actividad sustantiva en las universidades

La  ciencia  es  una  actividad  propia  de  los  seres  humanos;  “es,  en  razón  de  su  naturaleza, cambiante  y,  lo  es  más  que  cualquier  otra  ocupación  humana.  La  ciencia  está  cambiando  muy rápidamente en la medida en que es uno de los logros más recientes de la humanidad” (Behar Rivero, 2008, p.5); constituye el estilo de pensamiento y de acción más universal, a pesar de ser el más riguroso

y el más provechoso de todos los modos de pensamiento. En el quehacer científico se debe distinguir entre el trabajo de investigación y su producto final, que es el conocimiento.

La investigación es una estrategia orientada a la gestación de conocimientos, a otorgar firmeza y consolidación de los que ya forman parte del saber y a la creación y adecuación de tecnologías orientadas a propiciar mejor calidad de vida para los seres humanos.

Es a través de  la  investigación que se amplía el  conocimiento, se evalúa el  impacto de las acciones que se proponen, se determina la mejor forma de aplicar una medida, de ahí que es de vital importancia la estructuración de estrategias en el currículo, que permitan a los estudiantes en formación, trabajar en forma articulada los diferentes aspectos del conocimiento humano. Aprender lo real de forma integral hace posible construir explicaciones coherentes acerca de los fenómenos que ocurren.

Las  Universidades  como  espacios  de  generación  de  conocimientos,  al  articular  las  funciones sustantivas  que  realiza  en  torno  a  la  investigación  como  eje  transversal  de  todas  sus  actividades, posibilita desde la ejecución y desarrollo del currículo, en todos los ámbitos de aprendizaje, lo curricular

y lo extracurricular, la adquisición y desarrollo de competencias investigativas como pauta central   para

el desarrollo del pensamiento crítico, científico y creador de su estudiantado.(Carrizo Estévez y González Bravo, 2016)

“...No  puede  haber  desarrollo  y  calidad  universitaria  si  no  existe  una  verdadera  integración docente-investigativa, donde la investigación es el motor impulsor que genera los nuevos conocimientos retroalimentadores y generadores de los procesos.” (Carrizo Estévez y González Bravo, 2016, p.3)

La realización de actividades centradas en la estimulación del pensamiento científico–creador; la vinculación entre la teoría y la práctica; el aprendizaje  situado; la educación en el trabajo, donde se aprende haciendo en los ámbitos de actuación profesional; la formación de valores ético-morales y el desarrollo  de  la  sensibilidad  humana,  constituyen  la  base  de  currículos  basados  en  el  desarrollo  de competencias en los cuales la adquisición de competencias investigativas es primordial.

El énfasis en el desarrollo de competencias investigativas en los estudiantes requiere de un cuerpo docente que promueva, desde el manejo de los contenidos de las diversas disciplinas, actividades de extensión  y extracurriculares  vinculadas  a este  proceso, tales como  la realización  de eventos en  los cuales los estudiantes muestren los resultados de sus investigaciones, promover la divulgación de tales resultados e incentivar la participación de los futuros profesionales al otorgar reconocimientos por la labor realizada, entre otras.

En  este  sentido  la  investigación  está  siempre  vinculada  a  la  realidad,  al  campo  de conocimiento disciplinar de aplicación, al contexto cultural, social  y político en que se desarrolla  y  se  convierte  en  la  fuente  de  generación  de  pensamiento  libre  y  útil,  cuya difusión aproxima a científicos de diferentes campos disciplinares, enriquece la formación universitaria y orienta a actores sociales relevantes. (Behar Rivero, 2008, p. 14)

Al existir articulación entre las funciones sustantivas de una universidad, por parte de todos sus

integrantes, se promueve la interacción e interrelación entre los diversos actores, profesores y estudiantes de diferentes niveles, se convierte tal articulación en una fortaleza que repercute favorablemente en el proceso de formación y generación de conocimientos en el centro educativo.

La articulación de las labores investigativas programadas y realizadas en el pregrado universitario con  las  diversas  modalidades  del  postgrado  (especializaciones,  maestrías  y  doctorados)  enfatiza  la adquisición de conocimientos acerca de la aplicación de los métodos de investigación y el acercamiento a los  paradigmas de la investigación, lo que permite apropiarse de las diversas perspectivas que tipifican a estos últimos, con el propósito de que al programar una investigación, se seleccione el enfoque o la combinación de estos que resulte más pertinente al objeto de estudio.

El desarrollo de una investigación demanda, por parte del investigador o grupo de investigadores, poseer un conjunto de competencias investigativas, mismas que son requeridas para abordar con éxito la planificación y progreso del proceso de investigación en la búsqueda de respuestas satisfactorias a las distintas manifestaciones fenoménicas que se ponen en evidencia y que generan conflictos de intereses por la búsqueda del conocimiento en las diferentes disciplinas o áreas del saber.

  1. El paradigma como guía de la investigación

En las primeras etapas de la concepción, planteamiento y formulación de una investigación es preciso conocer y apalancarse en un determinado paradigma que guíe el proceso investigativo y, además, oriente los primeros acercamientos que tiene el investigador con el fenómeno de estudio.

Para  realizar  una  investigación  adecuadamente,  es  ineludible  que  el  investigador  posea  una formación epistemológica, teórica y metodológica, con el fin de que pueda tener su propio criterio de investigación,  según  Guba  y  Lincoln  1994  (c.p.  Ramos  2015)  “no  se  puede  entrar  al  terreno  de  la investigación sin tener una clara percepción y conocimiento de qué paradigma direcciona la aproximación que tiene el investigador hacia el fenómeno de estudio”. (p. 10)

Si el investigador se ha familiarizado e identificado con una determinada orientación paradigmática (epistemológica o teórica) es necesario que la domine ampliamente y sea capaz de establecer una estrategia epistemológica  y  metodológica,  en  la  cual  los  principios  ontológicos,  gnoseológicos  y  axiológicos  se adapten y concuerden con la investigación que se propone desarrollar, “ya que para comprender la ciencia y su  contexto  es necesario  abordarla  no solo  desde su  lógica  interna,  sino  también  relacionándola al desarrollo de la sociedad donde se constituye”. (Reyes y Hernández-Moncada, 2019, p. 4).

DESARROLLO

  1. Los paradigmas de la investigación en Ciencias Sociales

Al hacer referencia a los paradigmas en la investigación, desde los aportes teóricos se mencionan varias  clasificaciones,  según  Triviño  y  Sanhueza  (2005),  los  principales  paradigmas  aceptados universalmente son dos, el paradigma cuantitativo, lógico positivista o empírico analítico y el paradigma cualitativo, simbólico, sustantivista, interpretativo, histórico y dialéctico.

Guba y Lincoln, 1994, (c.p. Ramos, 2015) consideran que son cuatro los paradigmas que sostienen la actividad investigativa: el positivismo, el post-positivismo, la teoría crítica y el constructivismo. Para Reyes Heroles (1998), en la investigación se encuentran tres paradigmas: el positivista, el naturalista y la teoría crítica.

Torrico  (1998),  sostiene  que  en  el  ámbito  de  lo  social  existen  cuatro  principales  paradigmas teórico/sociales  los  cuales  condicionan  la  producción  del  conocimiento  científico  a  través  de  la investigación científica, estos paradigmas son los siguientes: estructural/funcionalismo, dialéctica crítica, estructuralismo y sistemismo.

En  la  literatura  se  expone,  tal  como  se  aprecia  en  los  párrafos  anteriores,  una  diversidad  de clasificaciones, influenciadas probablemente por la ideología de sus proponentes.

Davini et al, 2000 (c.p Ramos, 2015), nutren el discurso y aportan que los paradigmas sociales son cuatro: empirista, subjetivista, crítico e integrado; cada uno supera al anterior pero no lo sustituye. En concordancia  con  la  línea  expositiva, otros  autores  señalan  que  el  marxismo,  el  análisis  sistémico,  el funcionalismo  y  el  estructuralismo  se  instituyen  como  los  principales  referentes  teóricos  sociales  que permiten abordar los fenómenos que provoca la realidad social.

Sin la intención de agotar esta temática, por la amplitud de las posturas teóricas, se puede apreciar que,  en  general,  los  paradigmas  en  la  investigación  social  se  aglutinan  en  tormo  al  positivismo,  al interpretativismo y a la teoría crítica (Amador Berrocat, 1994).

El  paradigma  positivista,  centrado  en  la  perspectiva  empírico-analítica,  de  base  positivista- racionalista  conlleva  con  preferencia  la  aplicación  de  una  metodología  cuantitativa.  El  paradigma interpretativo de base naturalista-fenomenológica emplea una metodología preferentemente cualitativa y el paradigma sociocrítico, fundado en la tradición filosófica de la teoría crítica hace uso de una metodología preponderantemente cualitativa. (Sabariego Puig, 2009)

Según Aguilar, Bolaños y Villamar (2017), la realidad en sus distintas manifestaciones, constituidas por diferentes niveles y sus correspondientes dimensiones, son multireferenciadas, complejas y escapan a la  compresión  global  de  los  seres  humanos  debido  a  la  diversidad  de  fuerzas  (naturales,  sociales, económicas,  políticas,  culturales  y  espirituales)  que  intervienen  en  su  conformación,  desarrollo  y transformación.

Ante tal situación, el Hombre desde que descubre su capacidad cognoscitiva siempre ha intentado establecer  explicaciones  racionales  que  le  permitan  conocer,  describir,  comprender  e  interpretar  las regularidades que presenta la realidad y los hechos o fenómenos naturales, sociales y espirituales que provoca.

La complejidad y la multidimensionalidad de la realidad, determina que el investigador se enfrente a  una  fuente  inagotable  de  situaciones  desconocidas  que  demandan  para  su  solución  de  procesos cognoscitivos que posibiliten, a través de la investigación científica y la aplicación del método científico, transitar desde lo conocido hasta lo desconocido.

  1.                Aproximación al Paradigma de la Complejidad y al Enfoque Integrador Transcomplejo como posturas emergentes

La  consideración  realizada  en  los  párrafos  anteriores,  invita  a  asumir  nuevas  miradas  de  esa realidad que se nos revela incierta, indeterminada y plétora de incertidumbre, a emprender la búsqueda de otras maneras de comprender los fenómenos desde el establecimiento de un diálogo fecundo con dicha realidad desde el advenimiento del paradigma de la complejidad, cuyo foco son las denominadas ciencias

de la complejidad,

Que  se  hacen  cada  vez  más  presentes  en  un  número  siempre  mayor  de  ámbitos disciplinares y que implica en mismo  un auténtico cambio de paradigma epistémico,…

en la medida que apareja un replanteamiento radical de muchos de los criterios científicos

tenidos hasta el presente como inamovibles. (Caro Almela, 2002, pp. 6-7)

El  paradigma  de  la  complejidad  se  pone  de  manifiesto  en  un  nuevo  entendimiento  de  la

investigación científica que implica: concernimiento del investigador; nuevos criterios metodológicos que dan  relevancia  a  la  síntesis  frente  al  análisis;  provisionalidad  e  incertidumbre  frente  al  conocimiento objetivo; confluencia entre ciencia y vida; rescate de la importancia de la situación fenoménica vivida y necesariamente compleja, y nueva relación entre ciencias naturales y ciencias sociales.

De esta forma, el paradigma de la complejidad comporta el surgimiento de un nuevo modo de entender y practicar la ciencia que, “conforme vaya venciendo las fuerzas de quienes defienden la ciencia tradicional, se va a decantar con toda probabilidad en la implantación de un nuevo clima intelectual  y moral que, tal vez, va a distinguir el siglo XXI del precedente.” (Caro Almela, 2002, p. 10)

Sustentados en el planteamiento de Morín, 2001 (c.p. Perdomo, Salazar, Pérez, Rodríguez, Ruíz y Villegas, 2017) acerca de que “el estudio de la complejidad implica la búsqueda de una nueva práctica transdisciplinaria basada en propiciar la intercomunicación entre las disciplinas, esta práctica se convertiría en el sustento operativo metodológico del paradigma de la complejidad” (cursivas y negritas añadidas) (p. 14), se origina desde el año 2003 en el contexto de los programas postdoctorales y estudios doctorales  de  la  Universidad  Bicentenaria  de  Aragua  (Venezuela),  a  partir  de  la  combinación  de  los términos Complejidad y Transdisciplinariedad, el enfoque de la investigación conocido como Enfoque Integrador Transcomplejo (EIT), cuya  base  fundamental es que  “la realidad a  investigar es compleja, múltiple  y  diversa;  por  lo  cual  requiere  una  postura  investigativa  flexible,  inacabada,  integral  y multivariada” . (p. 15)

El Enfoque Integrador Transcomplejo se consolida como un paradigma en construcción a partir de los principios de la Transdisciplinariedad: rigurosidad, apertura y tolerancia hacia otros puntos de vista, promulgados en el evento Declaración de la Conferencia Internacional sobre Transdisciplinariedad (2001) y  de  los  principios  del  pensamiento  complejo  (Morin,  1970):  dialogicidad,  recursividad  y  principio hologramático. (Perdomo et al, 2017)

La  breve  referencia  a  los  paradigmas  de  la  complejidad  y  al  naciente  paradigma  de  la transcomplejidad,  vienen  a  complementar  los  paradigmas  positivista,  interpretativo  y  sociocrítico conocidos y amplían el espectro de posibilidades para abordar la investigación de la realidad actual, desde perspectivas más globales e integradoras.

  1. Las dimensiones de los paradigmas

Los paradigmas hacen referencia a las matrices sociales o teorías generales que se han elaborado para interpretar a la realidad social y en atención al postulado de Kuhn, 1971 (c.p. Aguilar, Bolaños y Villamar, 2017), “los paradigmas son realizaciones que surgen de los muchos problemas que dejan las realizaciones científicas pasadas para ser resueltos por un grupo de científicos” (p. 65).

En la evolución de la ciencia, los conocimientos nuevos reemplazarán a la ignorancia, en lugar de reemplazar  a  otros  conocimientos  de  tipo  distinto  e  incompatible.  Kuhn  considera  que  la  ciencia  no progresa  a partir  de  la  acumulación  de datos,  experimentos o teorías que pueda  desarrollar sino  que enfatiza  en  “el  proceso  revolucionario  mediante  el  que  una  vieja  teoría  es  rechazada  por  una  nueva incompatible con ella” (Kuhn, 1975, c.p. Aguilar, Bolaños y Villamar, 2017, p. 67).

En el ámbito de las ciencias sociales no existe un paradigma único  e irrefutable sino varios en pugna y, en algunos casos, considerados como irreconciliables. Según Canales et al, 1999 (c.p. Ramos, 2015), si se establece una dicotomía entre los diferentes paradigmas sociales se puede hablar, por un lado, de  un  modelo  de  explicación  científica  que  sigue  el  canon  de  las  ciencias  naturales  (positivismo, empirismo)  y,  por  otro  lado,  de  un  modelo  diferente  y  opuesto  que  pone  mayor  énfasis  en  las características sociales, culturales, económicas, psicológicas e históricas del objeto de estudio, así como al modo de aproximarse a él (fenomenológico, funcionalista, subjetivista).

Los distintos paradigmas, según Guba y Lincoln, 1985 (c.p. Sabariego Puig, 2009) se caracterizan por un sistema de creencias o supuestos de partida, diferentes en tres cuestiones básicas:

  1. La dimensión ontológica, como forma de percibir y concebir la realidad. Ante esto caben las

interrogantes: ¿Cuál es la naturaleza de la realidad y del ser humano en el mundo? ¿Cuál es la naturaleza del objeto de estudio? ¿Cuál es la naturaleza de la realidad social? ¿Lo que interesa estudiar tiene un carácter objetivo, tiene existencia propia o es el resultado de una interpretación individual? De acuerdo con este supuesto se podrán plantear diferentes cuestiones sobre la misma realidad, derivando de esta forma distintos problemas de investigación.

  1. La dimensión epistemológica, asumida como el modelo de relación entre el sujeto que investiga

y el objeto de estudio. En atención al establecimiento de ciertos vínculos, se plantea: ¿Cuál es la naturaleza de la relación entre el sujeto que conoce y lo que se pretende conocer? ¿Cómo se conoce la realidad social? ¿Conviene intervenirla de algún modo o solo observarla? ¿El sujeto investigador se involucra o adopta una postura externa para conocerla? ¿Cómo se conoce el mundo y cuál es la relación del investigador con él?

  1. La  dimensión  metodológica  es  entendida  como  la  manera  de  obtener  conocimiento  de  la

realidad. Al respecto, surgen las interrogantes: ¿Cuáles son los mejores medios para adquirir-construir conocimiento?  ¿Cómo debería proceder el sujeto investigador?  ¿Por qué el acercamiento al objeto  de

estudio se hace de una forma y no de otra?

Un  paradigma  tiene  un  carácter  normativo  respecto  a  los  aspectos  técnicos  y metodológicos  a  utilizar.  La  creencia  de  la  comunidad  investigadora  respecto  al modo  de  ver  la  realidad  conlleva  una  postura  coherente  en  las  dimensiones

epistemológica (en el modo de acercarnos a la realidad) y metodológica (en el modo

de conocerla e interpretarla). (Sabariego Puig, 2009, p. 67)

A partir de la definición de paradigmas de investigación ofrecida por Denzin y Lincoln, 2012 (c.p.

Elías  Hernández,  2019),  asumidos  como  “un  conjunto  básico  de  creencias  que  guían  la  acción  […], construcciones humanas que definen la cosmovisión de los  investigadores […], un conjunto común de presupuestos metodológicos o una epistemología particular”(p. 62 ), con base en los constructos anteriores, los autores citados enriquecen las cuestiones básicas de los paradigmas (propuestas por Guba y Lincoln, 1985), con una cuarta dimensión, representada por la dimensión axiológica,: ¿Cómo es el investigador en

cuanto a persona moral en el mundo?, lo que propicia que surja el cuestionamiento relacionado con los valores,  tanto  del  investigador  como  de  los  sujetos  investigados,  toda  vez  que  en  el  proceso  de  la investigación social  se influencian mutuamente.

El esclarecimiento del paradigma no constituye una actividad accesoria en el proceso de  investigación,  sino  que  permite  al  estudioso  construir  conciencia  sobre  la constelación  de  creencias  científicas,  o  relacionadas  con  la  construcción  de conocimiento—  a  las  que  consciente  o  inconscientemente  se  adhiere,  axiológica, ontológica,  epistemológica  y  metodológicamente,  y  que  determinan  su  horizonte conceptual y por tanto, guían sus acciones. (Elías Hernández, 2019, p. 62)

Toda nuestra conducta, incluso la intelectual, depende de cuál sea el sistema de nuestras creencias auténticas. En ellas “´vivimos, nos movemos y somos´, por lo mismo, no solemos tener conciencia expresa de ellas, sino que actúan latentes, como implicaciones de cuanto expresamente hacemos o pensamos” (Ortega y Gasset, 1940, c.p Elías Hernández, 2019, p. 63).

Para  González,  2005  (c.p.  González,  2008),  un  paradigma  facilita  a  los  miembros  de  una comunidad de investigadores que lo acepta, una visión global de su campo de trabajo, de las normas de investigación y de los posibles problemas a resolver; de modo que el paradigma organiza y define la práctica profesional de los investigadores que lo asumen. Los argumentos decisivos que el investigador social  en  general,  se  plantea  desde  la  perspectiva  paradigmática  asumida  definen  su  Lugar Epistemológico.

Este Lugar Epistemológico alude a cinco aspectos: a) Posición que se asume ante la realidad que se desea estudiar:  ¿inmersión o exclusión? b) Carácter de la interrogante que se formula:  ¿explicación o comprensión?  c)  Supuestos  epistemológicos  subyacentes:  ¿construcción  de  una  realidad  artificial,  o participación, inmersión en una realidad concreta sin obstruir ni alterar su curso vital? d) Procedimientos metodológicos preferidos: ¿experimentación y búsqueda de la significación estadística o interpretación, asociada con la construcción de significados con sentido para los actores sociales? y, e) Carácter de las metas de la investigación: ¿prescripción, asociada con el control o descripción?

  1. El Enfoque Pentadimensional y las dimensiones que lo caracterizan

Los  cinco  aspectos  referidos  con  anterioridad  y  la  búsqueda  de  respuestas  a  las  interrogantes formuladas le permitieron a González (2000) desarrollar el Enfoque Pentadimensional,

Concebido como una herramienta analítica para la interpretación cognoscitiva del

quehacer  investigativo;  dicho  enfoque  refiere  a  las  dimensiones:  axiológica, ontológica, teleológica, epistemológica y metodológica y concibe a la investigación

como  una  cualidad  inherente  a  la  propia  condición  humana  de  toda  persona. (González, 2008, p. 42)

Las  implicaciones  axiológicas,  ontológicas,  epistemológicas,  metodológicas  y  teleológicas  del

proceso  de  investigación  que  configuran  el  Enfoque  Pentadimensional  se  sustentan  en  unos  rasgos esenciales del quehacer investigativo que se explicitan a partir de la definición de investigación aportada por González, la cual “es una búsqueda disciplinada de información, hecha por alguien, sobre cuya base pueda  proponer  una  respuesta  a  alguna  interrogante  que  por  algún  motivo  le  inquiete  o  le  interese dilucidar” (González, 2008, p. 43)

Lo Axiológico responde al por qué de la investigación; esta dimensión se interroga acerca del valor que se le atribuye a la actividad investigativa, al asunto investigado, y se manifiesta en los argumentos por los cuales se la considera valiosa, importante, interesante, meritoria.

En  relación  con  la  Ontología,  el  investigador  ofrece  respuestas  relacionadas  con  el  qué  de  la investigación, las cuales se deben referir a los ámbitos probables de indagación; estos pueden corresponder al Mundo Natural y/o de las relaciones que el investigador mantiene con la Naturaleza o el Ambiente; al Mundo Social que son los vínculos que establece con los demás seres humanos, o al Mundo Vivido que tiene que ver consigo mismo y con su propia historia personal. En el contexto de la investigación, la dimensión ontológica queda expresada en el problema de investigación.

Los aspectos epistemológicos responden a las relaciones entre quién y qué; por tanto, remiten a los vínculos entre Sujeto y Objeto, es decir, a las relaciones que sostiene el investigador, en tanto que sujeto, con el objeto que estudia; tal objeto lo puede concebir como dado, es decir, externo a él, percibido, o sea capturado por la vía de sus sentidos, o construido lo cual se asocia con la representación que él se hace del objeto de estudio en función de su pertenencia a una determinada colectividad social.

Lo teleológico, es decir “la conducta orientada a la consecución de fines específicos” (Queraltó, 1980, c.p González, 2008, p. 44) se refiere a los fines últimos que justifican el quehacer del investigador; responde  al  para  qué  hacer  investigación;  como  argumento  genérico  válido  podría  esgrimirse  el compromiso  que  tiene  toda  persona  de  contribuir  a  incrementar  el  acervo  de  conocimientos  de  la Humanidad; es decir, de ampliar la exomemoria, tal como lo plantean Hidalgo y González (2008).

El aspecto Metodológico alude al cómo, es decir, a los modos como es conducido el quehacer investigativo; abarca el aspecto de la disciplinariedad de la investigación, es decir, los principios, reglas, o normas de acuerdo con los cuales se lleva a cabo. También se incluyen aquí las respuestas en torno a cuándo (dimensión temporal), con qué (dimensión instrumental), y dónde (dimensión espacial).

De acuerdo con lo anterior, la investigación constituye un proceso complejo que implica cuestiones de naturaleza cognitiva tales como: percibir, opinar, razonar, observar una realidad en un marco global de atención  indagatoria,  es  decir,  intencional;  para  esto,  el  investigador  debe  tomar  decisiones epistemológicas en torno a la relación que mantiene con lo investigado; ontológicas, relativas a la parte de la realidad a la cual dirige intencionadamente su atención; axiológicas, vinculadas con los valores que suscribe  en  relación  con  su  visión  del  Otro  como  sujeto  investigado;  teleológicas,  que  remiten  a  los propósitos que animan sustancialmente sus acciones; y metodológicas, referidas a los modos de conducir el proceso de búsqueda, procesamiento y producción de información.

  1. Paradigma y Matríz Epistémica

La indagación y el pensamiento son propios de la naturaleza humana, según Martínez Miguélez (2010), el pensamiento responde siempre a la forma de vida del grupo humano en el cual se piensa; se refiere a la praxis total, integral (técnica, simbólica, estética y ética) de una comunidad determinada en un momento y tiempo históricos específicos. “De esta manera, todo pensar está inserto en un paradigma, el cual, a su vez, solo tiene significado o sentido a la luz de una matriz epistémica o modo propio y peculiar, que tiene un grupo humano, de asignar significados a las cosas y a los eventos.” (p. 7).

Para Cerrón Rojas (2014), toda forma de conocimiento humano se soporta en el episteme (ciencia) de la matriz epistémica, que da origen al mundo de vida:  la cosmovisión, formas de pensar, ideología, credo y espíritu de tiempo que corresponde al modo de ser de cada grupo social. La matriz epistémica es el punto de encuentro entre determinadas formas del conocer que adoptan las culturas humanas y la realidad y le otorga consistencia al significado del conocimiento que se genera y propone.

Hernández Gómez, 2008 (c.p. Cerrón Rojas, 2014), “refirió que la episteme es el lugar en el cual el hombre queda instalado para conocer y actuar de acuerdo a sus reglas estructurales” (p. 88).

La  matriz  epistémica,  por  consiguiente,  es  un  sistema  de  condiciones  del  pensar, prelógico o preconceptual, generalmente inconsciente, que constituye “la misma vida”

y “el modo de ser”, y que da origen a una cosmovisión, a una mentalidad e ideología específicas, a un espíritu del tiempo, a un paradigma científico, a cierto grupo de

teorías y, en último término, también a un método y a unas técnicas o estrategias adecuadas  para  investigar  la  naturaleza  de  una  realidad  natural  o  social.  En  una palabra, que la verdad del discurso no está en el método, sino en la episteme que lo

define. (Martinez Miguélez, 2008, p. 18).

Es el episteme el que define la verdad de lo que se pretende describir, explicar o interpretar. La matriz

epistémica es la forma que origina y rige la manera de conocer en determinado contexto.

La práctica del conocimiento interdisciplinario basado en  la  matriz epistémica, como punto de partida y llegada, en un espiral inacabable agudiza las habilidades investigativas. Entonces el conocimiento es producto de la  interacción  de la  matriz epistémica con  las  regularidades  históricas en  determinado tiempo y espacio. La construcción interdisciplinaria de la matriz epistémica está en función del desarrollo de la ciencia y la tecnología así como de las relaciones sociales en una determinada sociedad.

Esta construcción social del conocimiento requiere proyectar sus explicaciones, descripciones o interpretaciones desde su soporte epistemológico a la simbolización universal atribuida por la ciencia para comprender sus significados.

El acercamiento objetivo a la realidad marca su inicio en el episteme al ubicar el dato, establecer su función, asignar el significado, sistematizar las experiencias y establecer el lugar que ocupa en la estructura a  la  que  pertenece.  Este  es  el  camino  para  aprehender  la  forma  de  conocer,  significar  y  transformar benéficamente  la  realidad  social  y  natural.  Las  condiciones  del  pensar,  la  misma  vida,  cosmovisión, mentalidad,  ideología,  espíritu  de  tiempo,  paradigma,  método,  técnicas,  estrategias  para  investigar  la realidad socio ambiental económica se genera en el episteme. (Cerrón Rojas, 2014)

La verdad de lo que se presenta a la historia como un nuevo conocimiento no está en el método con el que se investigó sino  en el episteme, es necesario entonces proyectar conocimientos auténticos a partir de una matriz epistémica interdisciplinaria.


  1.                Matríz epistémica de los paradigmas en la investigación social desde las dimensiones axiológica, ontológica, epistemológica, metodológica y teleológica

Cuadro 1: Dimensiones Paradigma Positivista

 

Axiológica

Ontológica

Epistemológica

Metodológica

Teleológica

La perspectiva cuantitativa de la investigación rechaza las posiciones subjetivas del investigador con la creencia de que su quehacer ha de ser neutro, suprimiendo su emocionalidad y los estados afectivos asociados con sus sentires, creencias y vivencias.

La investigación cuantitativa de lo social tiene como objeto de estudio a los hechos sociales asumidos como cosas, es decir, asuntos cuya realidad es independiente de los sujetos que los protagonizan.

Se plantea la separación e independencia del investigador con respecto a lo investigado. El investigador trata de que su relación con el otro (investigado) no sea contaminada; recurre al uso de artefactos o instrumentos que le permitan vincularse con sus sujetos de estudio, controlándolos, sin hacer contacto directo con ellos.

La investigación cuantitativa privilegia el uso del Método Científico en la formulación y la comprobación de hipótesis planteadas a priori.

Este enfoque procura desarrollar explicaciones causales de los fenómenos sociales, de modo que una vez conocidas las leyes generales que los explican, ellos se puedan predecir y controlar.

Fuente: González, 2008 pp. 54-55., modificado por el autor Cuadro 2: Dimensiones Paradigma Cualitativo / Interpretativo

 

Axiológica

Ontológica

Epistemológica

Metodológica

Teleológica

La Investigación Cualitativa se caracteriza por el reconocimiento de los valores tanto de los sujetos que participan en la investigación como de los investigadores que las abordan.

Considera un área de interés para el investigador, caracterizada por remitir a un conjunto de problemas entrelazados que no se vislumbrarán mientras que no haya avanzado suficientemente la investigación.

Se considera una multiplicidad de relaciones que vinculan los acontecimientos por más distantes que estén unos de otros.

La Investigación Cualitativa plantea la participación comprometida y empática del investigador en la búsqueda de la comprensión  de los fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor. Entre sus rasgos epistemológicos característicos están la Participación, el Compromiso y la Empatía.

Metodológicament e, reivindica la observación participativa y las entrevistas formales e informales. Emplea procedimientos, técnicas, instrumentos y recursos que son flexibles, sensibles a la realidad y adaptables a las circunstancias, obtiene información referida a las intenciones, juicios y emociones de las personas que protagonizan las acciones sociales.

La preocupación teleológica de la Investigación Cualitativa es la comprensión interpretativa de la experiencia humana contextualizada mediante procesos hermenéuticos y la representación e interpretación de la cultura tal como es vivida por quienes participan de ella.

Fuente: González, 2008 pp. 56-57-58., modificado por el autor


Cuadro 3. Dimensiones Paradigma Sociocrítico

 

Axiológica

Ontológica

Epistemológica

Metodológica

Teleológica

Valores compartidos. Ideología compartida. Introduce la ideología de forma explícita y la autorreflexión crítica de los procesos de conocimiento.

El objeto de estudio para los teóricos críticos es la realidad social en constante conflicto, donde cada fenómeno por estudiar es un hecho histórico, que se define a sí mismo y al conjunto. La sociedad se concibe como una totalidad real, compartida, holística, construida, dinámica, dialéctica y divergente; solo aprehensible a través de la reconstrucción conceptual y con un carácter fundamentalmente contradictorio, por lo cual estructura relaciones sociales irreductibles a un continuo lógico expresado en la facticidad.

El investigador crítico  construye su objeto de estudio en forma similar al interpretativista. El investigador se encuentra comprometido con la actividad emancipatoria; a través del análisis dialéctico debe revelar la realidad, que permanece oculta bajo las apariencias, para lo cual es necesaria esa integración plena entre  sujeto y objeto.. La realidad concebida de esta forma, es precisamente su objeto de estudio. Relación influida por  el compromiso.

Hace uso se una multiplicidad de métodos, procura encontrar beneficios en lo cuantitativo y lo cualitativo. Emplea con preferencia la Investigación – Acción. Desde la observación participante, los sujetos de investigación así como el investigador están en constante reflexión y autorreflexión para la solución de sus problemas.

La totalidad es una categoría crítica cuyo objeto es la transformación. Busca identificar el potencial de cambio, la emancipación de los sujetos y analizar la realidad.

Fuente: González (2008); Ruffini (2017); Molina (2016), resumen elaborado por el autor Cuadro 4. Dimensiones del Paradigma de la Complejidad

 

Axiológica

Ontológica

Epistemológica

Metodológica

Teleológica

Reconoce los valores como integrantes de la condición humana. Proporciona nueva relevancia a una específica ética intelectual,  a la vez que desautoriza todo ejercicio de

Desde esta perspectiva, el mundo es una compleja red de elementos relacionados, como una suerte de entramado, articulándose en torno a cuatro perspectivas

Tiene como base epistémica el diálogo y el pensamiento sistémico. La dialogicidad otorga especial importancia a la

Promueve el empleo de los nuevos enfoques metodológicos holistas y metodologías no lineales, para desde lo multi o

Prolonga la crítica postmoderna radicalizándola. Se encuentra liberado del negativismo absolutista a que dicha crisis se

Cuadro 4. Dimensiones del Paradigma de la Complejidad. (CONTINUACIÓN)

 

posesión de la verdad practicado como arma arrojadiza frente a los otros.

Exige de quienes hacen del conocimiento su actividad propia profesional Responsabilidad, basada en la asunción del único principio verdaderamente ético centrado en que solo tenemos el mundo que hemos creado con el Otro.

teóricas: caoticidad, borrosidad, catastrofismo y fractalidad Supone un nuevo entendimiento de la verdad necesariamente concernida, por definición referida a la situación fenoménica compleja que constituye su universo de referencia y de la que extrae su único sentido posible.

Privilegia el contexto donde se ubican los objetos de estudio. Se centra en la emergencia de los fenómenos y en su singularidad, instalándose frente a la complejidad del mundo real. Concibe la realidad como proceso.

interacción entre los sujetos que participan en la investigación,

El sujeto de investigación está estrechamente vinculado al objeto de estudio e influencia con sus acciones a los sujetos participantes.

interdisciplinar; dar paso a la transdisciplina y a las perspectivas heurísticas. El objeto de la cognición está dado en forma de práctica, de modo que la idea de mundo, de cómo es, qué objetos lo integran, cuál es su orden, o si existe o no— está en dependencia directa de nuestra práctica.

reduce, a la vez que conduce a su superación Persigue explicar, comprender y transformar la realidad.

Fuente: Caro Almela (2002); Taeli Gómez (2010); Moral Jiménez (2016). Resumen elaborado por el autor.

Cuadro 5: Aproximación a las dimensiones del Enfoque Integrador Transcomplejo o Paradigma de la Transcomplejidad

Axiológica

Ontológica

Epistemológica

Metodológica

Teleológica

Apreciar    la realidad  en   su conjunto, requiere un  proceso dialéctico,   una doble vía, y una lectura y relectura constante de los significados atribuidos a las explicaciones en

La  realidad  a investigar   es compleja;  integra en   misma confusión, incertidumbre  y desorden, pero que no  conduce  a  la eliminación de la simplicidad; además, integra en si misma todo

Se  basa  en  el supuesto  de  la reflexividad,  para el  cual la realidad sólo  se  define  en su  relación  con  el sujeto,  que  forma parte  del  universo que  conoce,  en  la cual  no  parece

verse  una  clara existencia del uno

Se  plantea,  la complementariedad metódica (métodos mixtos)  que permita  la construcción   de conocimientos desde  diferentes ángulos.   Esta lógica reconoce el mérito  de  cada método en su

Schavino    (2005) acuña el  término de  transmétodo como   la   vía investigativa adecuada    a   la transcomplejidad, el cual es definido por    Alfonzo (2017) como una alternativa caleidoscópica,

Cuadro 5: Aproximación a las dimensiones del Enfoque Integrador Transcomplejo o Paradigma de la Transcomplejidad

búsqueda de una mayor interpretación de esa realidad, que no  es  posible desde   el antagonismo  que se atribuye, desde lo teórico, a los distintos paradigmas. Este conocimiento   se caracteriza por ser activo, dialógico y recursivo,  que para  el cumplimiento   de sus funciones  se ve  obligado     a mantener    una plena dialogicidad con otros saberes para complementarse y para satisfacer las necesidades   del ser humano, de la sociedad,   de    la cultura  y  en general,  de  los diversos escenarios en los que es aplicado.

aquello  que  pone orden,  claridad, distinción  y precisión.

Supone  abordar una realidad con diferentes estilos, orientaciones  y fundamentalmente el  recorrido por distintos  caminos que fortalecen la base empírica  y permiten concluir con mayor alcance teórico ya que la realidad    es abordada    desde diversos   niveles. Para Zaa (2018): no     podemos conocer la realidad solo    desde   el pensamiento,    se precisa también de la  subjetividad, que completa al conocimiento. En definitiva,      el conocimiento de la realidad no es sólo un  conocimiento mental,      sino también no mental. Esa otra  forma  de conocimiento    es difícilmente traducible      en palabras, pero está constantemente con nosotros.

sin el otro, en un proceso  que Villegas (2010) ha denominado objetividad dinámica   o subjetividad caleidoscópica. Promueve   el trabajo  en  equipo, El equipo a través de  su  práctica  y experiencia  inicia su  propia construcción  del método.  Esto permite  la interrelación de los conocimientos  de las  diferentes disciplinas,  donde exista  un  diálogo continuo  entre todas  las  personas que  están participando.  El equipo  es  en  sí mismo  un  método complejo,  donde se  entrecruzan saberes  y subjetividades.

respectivo ámbito, cree  posible  y fructífera  su combinación complementaria para el estudio de distintos tipos de fenómenos.

Cada investigador lo  asume    sin ninguna denominación    en particular  o    la asumen     con denominaciones particulares   como el  transmétodo, transmetodología o el  método integrador Transcomplejo.

que proporciona y favorece     la creación de una nueva infraestructura vial conformada   por puentes, viaductos y autopistas entre las  distintas ciencias, disciplinas, filosofía, ética y estética   dando cabida  a  lo espiritual  como parte  fundamental del  hombre tripartito  (mente, cuerpo  y  espíritu) que  es  el  sujeto investigador        y sujeto  de investigación. Persigue explicar, comprender, transformar  y recrear la realidad.

Fuente: Villegas, Alfonzo, Mendoza y Perdomo (2020);  Zaa et al (2018); Resumen elaborado por el autor

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